Actualizado 13/07/2015 08:21

7 meses en prisión por intentar robar 500 pesos a un policía mexicano

Jacqueline Santana y Bryan Reyes en su libertad
Foto: TWITTER
   MÉXICO DF, 11 Jul. (Notimérica) -

   Después de más de siete meses presos, acusados "sin fundamento alguno" de intentar robar 500 pesos (32 dólares) a un elemento de la Policía Federal, la pareja de jóvenes Jacqueline Selene Santana López y Bryan Reyes Rodríguez han sido puestos en libertad en la tarde del viernes.

   "Fue toda una construcción de las autoridades que siempre estuvieron presionando y retrasando hasta la entrega de los resultados de las pruebas periciales. Creemos que se trató de un intento de castigo ejemplar aleatorio. Una muestra de que el Estado reprime a quienes tienen otra ideología y buscan nuevas alternativas", ha señalado Bryan Reyes Rodríguez, en declaraciones exclusivas al diario 'La Jornada', tras su salida de la cárcel capitalina del Reclusorio Norte.

   Los jóvenes, Jacqueline Santana López, estudiante de excelencia-- con media de 9'7-- de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la Facultad de Economía y Sociología, y su novio, Bryan Reyes Rodríguez, músico y maestro de flamenco, fueron detenidos el 15 de noviembre de 2014 en la delegación Venustiano Carraza por 14 policías federales, vestidos de civiles, acusados del asaltar a una mujer policía a quien presuntamente habían despojado de 500 pesos con un arma blanca, concretamente, un supuesto cuchillo de cocina.

   De acuerdo con el testimonio de ambos, el día de su detención y antes de la celebración de la 'Jornada de Acción Global por Ayotzinapa' -ambos jóvenes muy activos en su participación en las manifestaciones que reivindican la libertad y esclarecimiento en el proceso de la desaparición de los 43 estudiantes universitarios de dicha región, así como en la defensa de los Derechos Humanos--, salieron de su domicilio y al poco fueron sometidos por civiles, quienes no se identificaron ni mostraron ninguna orden de aprenhresión.

   La pareja, al verse en dicha situación, comenzaron a gritar su intento de secuestro y reclamo de auxilio sin respuesta alguna, mientras eran introducidos por la fuerza en el interior de dos vehículos, Bryan en un particular y la mujer en un taxi. Allí los captores les intimidaron y cuestionaron sus intereses políticos. Sin embargo, un elemento de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) se percató de lo ocurrido y quiso ayudar a los jóvenes sin resultados prácticos.

   Los federales presuntamente se identificaron como miembros de la División de Inteligencia de la Policía Federal que ejercían en cubierto. A continuación, les presentaron ante el agente del Ministerio Público, donde acudió la policía federal, Lidia Zararte, a denunciarles por el robo de 500 pesos, y fueron recluidos sin derecho a fianza por la imputación de robo agravado calificado cometido en contra del ejercicio de la autoridad.

   El 16 de diciembre de 2014, Jacqueline realizó su declaración ante intimidaciones con ofensas y golpes de agentes ministeriales, y sin haber pasado las 72 horas que exhorta la ley. Seguidamente, fue trasladada a la cárcel femenina de Santa Martha Acatitla.

   Bryan, antes de su estancia en el Reclusorio Norte, había sido previamente detenido en 2012 durante las protestas en la toma de posesión del actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, y liberado un mes después.

    Según reza un texto de la UNAM de Aragón, Jacqueline manifestaba el siguiente comportamiento: "Se ha caracterizado por tener una actitud crítica y de ser partícipe de diversas luchas por las necesidades más apremiantes de nuestra sociedad, lo que sería motivo suficiente para afirmar que es una universitaria y ciudadana ejemplar".

   Los maestros de la Facultad de Estudios Superiores de la UNAM de Aragón, en defensa de los jóvenes, firmaron una carta en la que expresaban que Jacqueline no era una delincuente y sí una excelente alumna, así como el hostigamiento hacia los estudiantes de la universidad por grupos infiltrados de la Policía.

   "Lo que estamos viendo es un Estado que está actuando con una represión selectiva y esa represión selectiva se está haciendo mediante un proceso que es propio de Estados fascistas, es decir, desapariciones forzadas", reivindicó en su momento el académico de Economía de la UNAM, Román Moreno Soto.

    Jacqueline Selene López Santana y Bryan Reyes Rodríguez, junto con otros seis jóvenes presos en distintas cárceles, iniciaron una huelga de hambre el pasado 27 de junio para exigir el fin a los malos tratos contra los interinos.

   Tras su puesta libertad, han anunciado que se mantendrán en ayuno para continuar con "los 16 puntos", entre los que se incluye la demanda de mejores atenciones a los presos y la denuncia de que existe "una relación de complicidades entre las organizaciones de derechos humanos y las autoridades de los penales que permite que se violen las garantías de quienes se encuentran presos".

   Ya en libertad-- tras la desestimación de los cargos por falta de pruebas y pruebas borrosas que se cimentaban sobre unos vídeos en los que no se mostraba ninguna imagen de Jacqueline ni Bryan amenazando con un cuchillo a una supuesta mujer policía-- han asegurado que su detención fue en realidad "un intento de desaparición forzada".