Actualizado 20/06/2009 22:24

Suicida en camión bomba deja 50 muertos en norte de Irak

Por Khalid al-Ansary

BAGDAD (Reuters/EP) - Un ataque suicida dejó el sábado al menos 50 muertos en el volátil norte de Irak, horas después que el primer ministro Nuri al-Maliki instara a los iraquíes a no perder la fe si el retiro de las tropas estadounidenses es aprovechado por los insurgentes para lanzar más asaltos.

Como parte de un pacto de seguridad firmado entre Bagdad y Washington el año pasado, las fuerzas de combate estadounidenses abandonarán los centros urbanos para el 30 de junio y la totalidad de la fuerza que invadió Irak en el 2003 deberá replegarse para el 2012.

"No se desalienten si se produce una brecha de seguridad aquí o allí", dijo Maliki a líderes de la comunidad étnica de turcos, reiterando una advertencia de que los insurgentes tratarían de aprovechar la retirada estadounidense para lanzar más ataques.

Analistas afirman que también podría producirse un aumento en la violencia de insurgentes sunitas, incluyendo a Al Qaeda y otros grupos violentos, a puertas de las elecciones parlamentarias que se celebrarán en enero próximo.

Horas después de las declaraciones de Maliki, se produjo un ataque suicida con camión bomba que dejó al menos 50 muertos cerca de una mezquita chiíta en los alrededores de la norteña Kirkuk, una ciudad disputada por árabes, turcos y kurdos y que yace sobre vastas reservas petroleras.

Cincuenta personas murieron, incluyendo mujeres y niños, y 167 civiles resultaron heridos en el incidente, que también causó la destrucción de decenas de casas. Se temía que mucha gente estuviera atrapada bajo los escombros.

"Estaba sentado en mi casa cuando súbitamente una poderosa explosión sacudió la tierra debajo de mí", dijo Hussain Nashaat, de 35 años, con su cabeza envuelta en vendas blancas. "Me encontraba cubierto de sangre y corrí afuera rápidamente. Mi amado vecindario estaba bajo escombros", afirmó.

Había caos en el principal hospital Azadi de Kirkuk, donde sonaban las sirenas de ambulancias mientras trabajadores llevaban civiles heridos al interior del centro de salud, incluyendo a varios niños.

Tales ataques, entre ellos una serie de devastadores asaltos con bomba ocurridos en abril, dejaron dudas sobre la capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes para asumir de manos de las tropas estadounidenses la protección de la población ante los insurgentes islámicos.

Sin embargo, los niveles de violencia cayeron significativamente en mayo, y junio también ha registrado menos asaltos a gran escala.

No está claro si esto se debe a los esfuerzos de los policías y soldados iraquíes o si significa que los grupos insurgentes, que han sido blanco de ofensivas en los dos últimos años en buena parte de Irak, ahora carecen de organización y apoyo para mantener su campaña militante.