Actualizado 17/12/2013 20:48

El telescopio de la NASA Spitzer cumple diez años en el espacio con nuevos proyectos en el horizonte

NASA/JPL-Caltech
NASA/JPL-CALTECH


MADRID, 26 Ago. (EUROPA PRESS) -

El telescopio de la NASA Spitzer ha cumplido este mes diez años en el espacio, una larga vida en el que no ha parado de enviar imágenes de cometas, galaxias lejanas, planetas y estrellas, y lo hace con la vista puesta en nuevos horizontes que explorar y nuevas misiones que llevar a cabo.

Spitzer, el cuarto de los cuatro grandes telescopios puestos en órbita por la NASA para escrutar el universo, comienza esta segunda década de vida con el objetivo de continuar explorando el cosmos cercano y lejano, al tiempo que se suma a los recursos destinados por la agencia para una de sus misiones más ambiciosas a corto plazo: visitar un asteroide en 2025.

El telescopio será uno de los instrumentos usados por la NASA para localizar posibles candidatos para la misión de localizar, capturar y cambiar la órbita de un asteroide cercano a la Tierra, empezando por la observación de un pequeño asteroide llamado 2009 DB que acometerá en octubre. Este asteroide es uno de tantos candidatos que la NASA está evaluando.

La visión infrarroja del Spitzer le ha permitido durante sus diez años de vida ver "la parte más lejana, fría y polvorienta del universo", según ha señalado la NASA. Cerca de casa, el telescopio fue usado para estudiar el cometa Tempel 1, que fue visitado por una sonda en 2005.

Spitzer también sorprendió al mundo al descubrir el anillo más grande de Saturno, compuesto por hielo y partículas de polvo, que hasta entonces no había podido ser observado al ser casi invisible a la luz visible. Sin embargo, los detectores infrarrojos de Spitzer permitieron recoger una imagen del anillo.

No obstante, quizás uno de los descubrimientos "más asombrosos", para la NASA, de Spitzer llegó de fuera del sistema solar. El telescopio fue el primero en detectar luz de un planeta de fuera del sistema solar, un descubrimiento que ni siquiera formaba parte de su misión original y que la NASA espera que sirva para "revolucionar" el estudio de las atmósferas de estos exoplanetas.

En la lista de logros del Spitzer figura también el haber sido capaz de realizar un censo completo de estrellas en formación cercanas; mejorar el mapa que se tenía hasta entonces de la estructura espiral de la Vía Láctea; y, en colaboración con el telescopio espacial Hubble, descubrir que las galaxias más lejanas conocidas hasta ahora son más viejas, y con más masa, de lo que se creía.

"Siempre supe que Spitzer funcionaría, pero no tenía ni idea de que iba a ser tan productivo, excitante y con una vida tan larga como ha sido", ha señalado el miembro del equipo científico detrás del telescopio Michael Werner, quien ayudó a planificar la misión.

Originalmente llamado Estación Espacial de Telecopio Infrarrojo, el Spitzer cambió de nombre después de su lanzamiento en honor del astrónomo Lyman Spitzer, considerado el 'padre' de los telescopios espaciales. Lyman Spitzer comenzó su campaña para enviar telescopios al espacio, y evitar así cualquier efecto perjudicial para la visión causado por la atmósfera terrestre, en 1940.

Sus esfuerzos condujeron hasta el programa de la NASA para enviar cuatro telescopios al espacio, cada uno de ellos preparado para cubrir distintas longitudes de onda: el Hubble, Spitzer, el Observatorio Chandra de rayos X y el Obsertaorio Compton de rayos gamma, el único que ya no funciona.