Publicado 21/12/2015 20:26

Vargas (Venezuela) continúa expuesto a los efectos del cambio climático

   CARACAS, 21 Dic. (Notimex/Notimérica) -

   El estado venezolano de Vargas está gravemente expuesto a los efectos del cambio climático a pesar de haberse construido represas y otras obras para protegerse de posibles aludes torrenciales según ha explicado Manuel Arteaga, geólogo, especialista en amenazas de origen natural y profesor de la pública Universidad Central de Venezuela (UCV).

   El geólogo señaló que por ello la población y las autoridades deben permanecer alerta para que una nueva tragedia no se produzca en la zona.

   El país aun recuerda la catástrofe ocurrida en 1999, conocida como el deslave de Vargas, y los expertos aun siguen preocupados por la vulnerabilidad del territorio.

   Arteaga destacó que en aquella oportunidad, los torrenciales aguaceros produjeron el deslave del cerro El Avila, que en su deslizamiento arrastró enormes rocas causando destrozos a viviendas y edificaciones y provocando la muerte por ahogamiento a más de 100.000 personas.

   Comparando el volumen pluviométrico con piscinas olímpicas, el experto señaló que una piscina olímpica carga 2.500 litros de agua y que durante los días 14,15 y 16 de diciembre de 1999, llovió sobre Vargas el equivalente a 545.324 piscinas olímpicas.

   Aquellas miles de muertes no deben quedar en el olvido y deben servir para aprender a prepararse a evitar más casos como el de 16 años atrás.

   Sobre las represas construidas, el experto aclaró que la zona no está del todo protegida contra los deslaves y que "Vargas sigue siendo un territorio geológicamente comprometido y expuesto a nuevos aludes torrenciales generados por efecto del cambio climático".

   Por su parte, el geógrafo del Instituto de Mecánica de Fluidos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela José Luis López, señaló que este es un evento cíclico del que se tienen registros desde hace siglos.

   "Con el paso de los años aumenta el riesgo porque nos acercamos al tiempo en que repiten estos eventos periódicos. Existen registros científicos de que cada 10, 50, 100 y 500 años se repite este tipo de eventos con diferente intensidad", afirmó el geógrafo.

   Es por esto por lo que Luis López recomienda que "no hay que esperar que ocurran los eventos para comenzar a actuar", sino tener continuamente pensado un plan de prevención, además de mantener las obras y preparar y educar a la población.

   "Las canalizaciones y represas construidas deben ser revisadas periódicamente para evitar su colapso. Hay que recordar que el cerro el Avila nunca fue intervenido en previsión de que pudiera ser afectado por un evento natural de tan grandes proporciones", concluyó.