Actualizado 20/06/2013 20:37

El Papa Francisco pide superar el desinterés para atender la indigencia, el hambre y la desnutrición

ROMA, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Papa Francisco ha pedido a la FAO, a sus estados miembro y a toda la comunidad internacional que superen el desinterés para atender con urgencia las necesidades inmediatas del mundo como el hambre o la desnutrición, durante la audiencia en el Vaticano con los participantes en la XXXVIII Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que tiene lugar en Roma del 15 a 22 de junio.

"Es preciso superar el desinterés o el impulso a mirar hacia otro lado, y prestar atención con urgencia a las necesidades inmediatas abandonando cualquier tentación de poder, o de poseer más y más, o buscar el propio interés en lugar de servir a la familia humana y, en ella, especialmente y sobre todo a los indigentes y los que aún sufren por hambre y desnutrición", ha indicado.

En este sentido, ha solicitado a la FAO un "compromiso renovado" para hacer frente a los múltiples problemas del mundo agrícola "y de cuantos viven y trabajan en zonas rurales".

Así, Francisco ha advertido en su discurso pronunciado en español sobre la dificultad que atraviesa la situación mundial no solo a causa de la crisis económica, sino también "por los problemas ligados a la seguridad, a demasiados conflictos abiertos, al cambio climático, a la conservación de la diversidad biológica".

Además, el Pontífice ha asegurado que la situación actual a pesar de estar "directamente relacionada con factores económicos y financieros es también consecuencia de una crisis de convicciones y valores, incluidos los que son el fundamento de la vida internacional".

De igual manera, el Papa ha alabado el hecho de dedicar el próximo año a la familia rural, lo que reforzará la convicción de que "la familia es el lugar principal del crecimiento de cada uno, pues a través de ella el ser humano se abre a la vida y a esa exigencia natural de relacionarse con los otros".

Asimismo, Francisco ha insistido en que "la lucha contra el hambre pasa por la búsqueda del diálogo y la fraternidad" por lo que ha exhortado a la FAO a que su contribución en las negociaciones entre los Estados, dé un nuevo impulso a los procesos de toma de decisiones y se caracterice "por la promoción de la cultura del encuentro y de la solidaridad". Según ha destacado, "esto requiere la disponibilidad de los Estados miembros, el pleno conocimiento de las situaciones, una preparación adecuada, e ideas capaces de incluir a toda persona y toda comunidad".

También ha recordado que la Santa Sede "la Iglesia Católica, con sus estructuras e instituciones, les acompaña en este esfuerzo, que busca lograr una solidaridad concreta" y que la Santa Sede sigue con interés las iniciativas que la FAO emprende, alentando todas sus actividades".

Por otro lado, el Pontífice ha recordado que son muchas las iniciativas y las soluciones posibles que no se limitan al aumento de la producción ya que la producción actual es suficiente. A pesar de esto, el Papa ha remarcado que "hay millones de personas que sufren y mueren de hambre. "Esto constituye un verdadero escándalo. Es necesario, pues, encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra por una exigencia de justicia, equidad y respeto a todo ser humano", ha remarcado.

Francisco ha reiterado que la finalidad del encuentro con los participantes de la FAO es "compartir la idea de que se puede y se debe hacer algo más para dar vigor a la acción internacional en favor de los pobres, no solo armados de buena voluntad o, lo que es peor, de promesas que a menudo no se han mantenido".

Asimismo ha solicitado considerar "las situaciones y condiciones de vida a la luz de la dimensión de la persona humana y de su dignidad" porque si no estas "corren el riesgo de convertirse en una abstracción ante cuestiones como el uso de la fuerza, la guerra, la desnutrición, la marginación, la violación de las libertades fundamentales o la especulación financiera, que en este momento condiciona el precio de los alimentos, tratándolos como cualquier otra mercancía y olvidando su destino primario".