476 reclusos murieron en 2010 a consecuencia de la violencia en las cárceles
WASHINGTON, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tildó de "preocupante" la situación de la población penal en Venezuela, tras la muerte el pasado fin de semana de al menos 19 reos en una cárcel en el estado de Miranda (centro-norte), y exhortó una vez más al Gobierno de Hugo Chávez a activar mecanismos para garantizar la vida de los presos.
Según cifras oficiales, 19 reos murieron el pasado domingo durante un reyerta en el Rodeo I, prisión a la que la CIDH dictó medidas cautelares el 8 de febrero de 2008, cuando pidió al Estado venezolano adoptar las "medidas necesarias" para proteger la integridad de los reclusos y evitar más muertes violentas.
Esta resolución, que fue ratificada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) el 24 de noviembre de 2009, es una de las siete medidas provisionales vigentes ordenadas por este organismo a las autoridades venezolanas relacionadas con la crisis en el sistema penitenciario.
"La CIDH urge al Estado venezolano a adoptar acciones de impacto inmediato en la grave situación de riesgo en que se encuentran las personas privadas de libertad", señala en un comunicado la comisión adscrita a la Organización de Estados Americanos (OEA).
La comisión pide al Gobierno de Chávez que adopte medidas que pongan fin al hacinamiento en las cárceles, frene el ingresos de armas en los penales, separe a los procesados de los condenados, dote a los centros penitenciarios de personal de custodia "suficiente, capacitado, dotado de medios necesarios para desempeñar adecuadamente sus funcione", e investigue los hechos de violencia ocurridos en los centros penitenciarios.
La CIDH ha realizado cinco audiencias para analizar la situación del sistema penitenciario venezolano, en las que ha informado sobre hechos irregulares dentro de las cárceles como la posesión por parte de los reclusos de armas y explosivos, "los cuales conseguirían, con la colaboración de la Guardia Nacional", el cobro de extorsiones por parte de grupos que "controlan" los recintos y las autoridades carcelarias; las graves condiciones de hacinamiento; la falta de atención médica; y el retraso procesal en la atención a las causas penales.
Según datos del organismo, en 2010 murieron 476 reclusos y otros 967 resultaron heridos en hechos violentos dentro de las prisiones venezolanas. Entre 1999 y 2010, el número de presos muertos en reyertas es de 4.506 y el número de heridos habría ascendido a 12.518.
En el capítulo seis del Informe Democracia y Derechos Humanos en Venezuela, la CIDH señala que "el Estado ha fallado en adoptar una política efectiva de prevención de hechos violentos en el interior de los centros de privación de libertad del país" y que "las cárceles de Venezuela son las más violentas de la región".
La CIDH insta a las autoridades venezolanas "a adoptar de inmediato las medidas necesarias para adecuar las condiciones de detención en los centros de reclusión venezolanos a los estándares internacionales, así como también a desplegar acciones inmediatas, en adición a los planes a medio o largo plazo, para garantizar la vida y la integridad personal de las personas privadas de libertad", concluye el texto.