Actualizado 12/04/2014 16:21

Piden el cese del responsable del sistema penal de menores

Centro de menores en Uruguay
Foto: FACEBOOK COMITÉ DE DERECHOS DEL NIÑO

MONTEVIDEO, 12 Abr. (Notimérica/EP) -

   La Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) de Uruguay y el Comité de los Derechos del Niño, integrado por varias organizaciones, han pedido el cese del actual presidente del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (SIRPA), Rubén Villaverde, a quien consideran una persona no idónea para su cargo por haber descalificado a los menores y por haber apoyado indirectamente la pena de muerte.

   "Consideramos (a Villaverde) una persona no idónea para el trabajo con adolescentes, teniendo en cuenta especialmente sus apreciaciones de los adolescentes detenidos, sus familias, los defensores de Derechos Humanos", ha señalado el Comité de los Derechos del Niño, que además ha señalado el responsable del SIRPA ha realizado "afirmaciones indirectas en apoyo a la pena de muerte".

   Las organizaciones que integran el Comité del Niño son un fuerte aliado del gobernante Frente Amplio en la campaña contra la baja de la edad para imputar a los menores que tendrá su plebiscito el próximo mes de octubre.

   Según declaraciones del Frente Amplio, para el partido es "difícil" posicionarse ya que por un lado no se quiere debilitar a Villaverde en medio de una campaña electoral previa a las elecciones presidenciales de este año pero, por el otro, se quiere evitar una confrontación con las organizaciones de Derechos Humanos, según ha informado el diario uruguayo 'El País'.

   El Comité de Derechos del Niño de Uruguay ha publicado en su Facebook unas fotos de los centros de reclusión de menores, tras un informe de la Institución de Derechos Humanos denunciando maltratos que fue desmentido por el Gobierno.

   El INDDHH dice en su informe haber encontrado problemas de hacinamiento, higiene y trato en los centros de reclusión para menores. Según la organización, los jóvenes pasan hasta 23 horas al día encerrados y hacinados, en celdas sin ventilación, duermen en el suelo y, en algunos centros, les prohíben el acceso a material de lectura.