Actualizado 19/12/2013 02:26

Venezolano Maduro sostiene inusual reunión con opositores

Por Deisy Buitrago y Andrew Cawthorne

CARACAS, 18 dic, 19 Dic. (Reuters/EP) -

- El presidente venezolano, Nicolás Maduro, sostuvo el miércoles una inusual reunión con opositores, en la que los desafió a juntar firmas para removerlo en el 2016, si así lo desean, pero les pidió que por el momento trabajen junto a él.

Maduro invitó a alcaldes y gobernadores de la oposición al palacio presidencial de Miraflores en un intento por abrir una nueva etapa luego de cuatro reñidas elecciones en el país en poco más de un año.

"Los he saludado con sincero afecto. Respeto a cada uno de ustedes en su posición política", dijo el ex activista sindicalista de 51 años, instando a los líderes de la oposición a que se sumen a los proyectos del Gobierno contra la pobreza en el país de 29 millones de habitantes.

"Podemos abrir una etapa nueva, sin lugar a dudas, tomando el espíritu navideño. Seguiremos teniendo diferencias pero yo les llamo a trabajar", agregó.

Al inicio de la reunión, Maduro estrechó las manos de opositores de alto perfil, como el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, de quien reiteradamente se ha burlado llamándolo "vampiro", y el alcalde de Valencia, Miguel Cocchiola, a quien ha llamado "ladrón" y "delincuente".

El presidente también les ofreció como regalo algunos de los escritos de Hugo Chávez, quien murió de cáncer en marzo, y reprodujo una grabación del fallecido mandatario cantando el himno nacional de Venezuela.

Maduro recordó a sus opositores su derecho constitucional a buscar un referendo de revocación a mitad de su mandato si logran reunir las cerca de 4 millones de firmas necesarias.

"En el 2016, ustedes tienen la oportunidad. Si me quieren sacar aquí de la presidencia, de recoger las firmas pues", afirmó.

Maduro ganó una elección presidencial en abril para reemplazar a Chávez por apenas 1,5 puntos porcentuales. Pero sus candidatos "Chavistas" obtuvieron una inesperada diferencia de 10 puntos porcentuales más que sus rivales de la oposición en las elecciones locales realizadas anteriormente este mes.

Eso ha dado espacio a Maduro y le podría permitir adoptar algunas medidas potencialmente impopulares como una devaluación para administrar los graves problemas económicos de Venezuela.

NECESIDADES BASICAS

Sus opositores permanecieron sentados inexpresivos durante el discurso inaugural de Maduro en la reunión, que fue transmitida en vivo por la televisión local.

El principal líder opositor, el gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, decidió no asistir, diciendo que no se opone al diálogo, pero que sentía que el Gobierno estaba imponiendo las condiciones.

Capriles se quejó por la forma en que, según él, el Gobierno socava a las autoridades locales opositoras mediante la creación de organismos paralelos. En varias zonas controladas por la oposición, el Gobierno ha nombrado a "protectores" alternativos y organismos que reciben recursos estatales.

El alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, por ejemplo, vio que el rival al que derrotó en las urnas recibió inmediatamente un cargo para la "transformación revolucionaria" de la capital después de la elección del 8 de diciembre.

Ledezma pidió a Maduro que se concentre en las necesidades básicas como la inflación de un 54 por ciento al año, la escasez de productos básicos como la harina o la leche, y las fallas de los servicios públicos.

En una decisión inusual, la televisión estatal transmitió los discursos críticos de Ledezma y de varios otros líderes de la oposición en la reunión.

Si bien Maduro habló de un nuevo comienzo entre las profundamente divididas facciones en políticas en Venezuela y escuchó activamente a sus opositores, los escépticos recordarán que su mentor Hugo Chávez hábilmente intercaló acercamientos y ataques para aventajar a sus rivales.

Chávez gobernó Venezuela durante 14 años, y Maduro -a quien nominó como su sucesor- ha hecho de preservar su legado la plataforma central de su mandato.

La oposición parecía encaminarse a un mejor resultado en las elecciones del 8 de diciembre, hasta que Maduro lanzó el mes pasado una "ofensiva económica", enviando soldados e inspectores a tiendas comerciales para obligar a los minoristas a reducir sus precios.

Aunque la medida fue un éxito entre los votantes, analistas de Wall Street las han considerado como populismo de corto plazo que podría agravar los problemas económicos del país.