Actualizado 05/07/2015 08:40

Agricultores argentinos, con el agua al cuello por inundaciones en región clave


BOLÍVAR, Argentina, 10 sep, 11 Sep. (Reuters/EP) -

- Un río corre entre las patas de las vacas, atraviesa vastos campos y desborda fincas inundadas en la mayor provincia agrícola de Argentina, sembrando el desconsuelo en los granjeros cuyas cosechas están en riesgo tras un invierno con abundantes precipitaciones.

Productores del corazón agrícola del país -un importante exportador mundial de granos- se reunieron el miércoles en Bolívar, una localidad del centro de la provincia de Buenos Aires, para discutir la situación que están sufriendo en el distrito, donde más de un millón de hectáreas quedó bajo el agua tras un mes de agosto con un nivel extraordinario de lluvias.

"Es muy grande el daño", dijo a Reuters Néstor José Vázquez, un productor agropecuario de Tapalqué, una localidad ubicada a unos 300 kilómetros al oeste de la capital del país.

El agua en algunos casos rebalsaba los fértiles campos argentinos, creando canales que cortaban las rutas linderas a las granjas, que durante el invierno austral recibieron un bombardeo de 250 milímetros de agua, el doble de lo normal.

La situación afecta principalmente a los recién sembrados cultivos de trigo, que corren un alto riesgo de sufrir pérdidas, pero también ha causado muertes de ganado bovino y podría causar demoras en la implantación de soja y maíz, los dos principales granos del país.

"Los verdeos (brotes) de invierno se han perdido muchísimo, la poca cosecha fina que había se perdió y también se ha perdido mucho ternero porque muchas vacas han parido en el agua, así que no se sabe la cantidad de terneros que se han perdido y los que se van a perder", señaló Vázquez.

En los campos podían verse cadáveres vacunos tirados sobre la tierra mojada, mientras que algunos ganaderos movilizaban a sus animales hacia zonas secas o más elevadas para protegerlos.

Las inundaciones y encharcamientos, que según los expertos afectan a entre 1 y 1,5 millones de hectáreas productivas, llevaron al Gobierno provincial a declarar en emergencia más de 50 distritos de la provincia de Buenos Aires, lo que implicará beneficios fiscales para los damnificados.

Representantes de las cuatro mayores entidades de productores de Argentina participaron el miércoles de la asamblea, en la que cuestionaron a las políticas del Gobierno provincial y nacional, al que responsabilizan de debilitar al sector.

"Lo grave es que (por las inundaciones) no se pudo sacar de la cosecha anterior, los bolsones (con semillas) de la cosecha anterior no se pueden sacar, por lo cual uno se va endeudando", dijo Cristina Boubée, una agricultora del departamento de Azul, en el centro de Buenos Aires.

La zona más golpeada es el sudeste de la provincia, donde alrededor del 30 por ciento de la superficie triguera del país está en peligro por las precipitaciones excesivas.