BUENOS AIRES, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
El consejero legal de Argentina en el caso contra los 'fondos buitre', Paul Clement, ha alertado este jueves del peligro de las decisiones de la Justicia de Estados Unidos en torno a este tema. Así, ha advertido de que si la Corte Suprema avala los fallos de tribunales inferiores a favor de los tenedores de títulos en default (suspensión de pago), pondrá en peligro el sistema de reestructuraciones voluntarias de deuda.
"Si la interpretación actual de los tribunales inferiores sobre el 'pari passu' (cláusula de tratamiento igualitario) se mantiene, cambiará radicalmente el balance de poder en favor de los 'holdouts', hasta tal punto que pondrá en peligro las reestructuraciones de deuda soberana voluntarias", ha insistido Clement, durante un encuentro organizado por la Embajada argentina en Washington.
El encuentro, al que asistieron más de cien expertos de los organismos económicos más importantes del mundo, fue convocado bajo el siguiente título: 'Reestructuraciones de deuda soberana: Por qué (el caso) NML vs Argentina importa a todos', tal y como ha informado la agencia de noticias estatal argentina, Télam.
El abogado centró su exposición en los argumentos clave del recurso extraordinario presentado por Argentina ante el máximo tribunal el pasado 18 de febrero, en el que pidió la revisión de las decisiones "erróneas" tomadas por los tribunales inferiores de Nueva York.
Los fallos, dictaminados primero por el juez Thomas Griesa y ratificados por la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York, obstaculizan a Argentina a cumplir con la ejecución de su deuda a menos que pague en su totalidad (un monto aproximado a 1.330 millones de dólares) a los acreedores que optaron por no ingresar en las reestructuraciones de deuda soberana.
La estrategia del Gobierno argentino es conseguir que la Corte Suprema de Estados Unidos tome el caso en consideración. Una vez logrado el objetivo inicial, la búsqueda estará centrada en lograr que el máximo tribunal rechace el fallo del juez Griesa, basándose en la inequidad que esto implicaría para los bonistas que sí ingresaron a las reestructuraciones de deuda de 2005 y 2010.