BUENOS AIRES, 1 May. (EUROPA PRESS) -
Juan Puthod, el dirigente de Derechos Humanos liberado anoche tras estar secuestrado 27 horas por desconocidos que lo amenazaron por su militancia, se recupera hoy en un hospital de una descompensación a causa de la diabetes que padece, informaron fuentes oficiales.
En declaraciones a una radio local tras ser liberado, Puthod, que será un testigo clave en los juicios contra la represión en la dictadura, reveló que su único temor durante el secuestro fue que le dieran "un balazo en la cabeza".
Tras recibir el alta médica, el titular de la Casa de la Memoria de Zárate explicó cómo lo capturaron y dijo que los secuestradores pertenecen a "grupos de tareas o a los famosos grupos de mano de obra desocupada".
"Volví a revivir lo que había vivido 32 años atrás", explicó el testigo. "Me meten en un auto, me apuntan con pistola, pero yo pensé que era un robo. Me pegaron pero gracias a Dios estoy bien, pensé que esto terminaba con un balazo en la cabeza", añadió.
"Fue privación ilegítima de la libertad, no hubo un móvil claro pero sí la clara intención de amenazarlo", dijo Martín Socca, fiscal de Zárate, que confirmó que Puthod fue amenazado en relación con su actividad como presidente de la Casa de la Memoria de Zárate.
Socca dijo que el militante, un ex desaparecido de 50 años y padre de cuatro hijos, "está siendo compensado por el cuadro de diabetes que tiene", tras sufrir una descompensación durante su cautiverio, según informa la prensa de Buenos Aires.
El fiscal eludió revelar detalles sobre el lugar de cautiverio y las características de los secuestradores aportados por la víctima en sus primeras declaraciones, para preservar la marcha de las investigaciones.
El ministro bonaerense de Seguridad, Carlos Stornelli, quien visitó a Puthod y su familia, afirmó que su liberación fue producto de la presión policial. "Los secuestradores no resistieron el operativo cerrojo y por eso lo soltaron", dijo el ministro.
Puthod, que había sido secuestrado durante la dictadura cuando tenía 17 años, había sido visto por última vez el martes por la tarde, cuando salió de la Casa de la Memoria para ir a una radio donde tiene un programa sobre derechos humanos.
En su cautiverio durante la dictadura fue torturado y le quedó como secuela de los tormentos un ojo mal, y además no ve ni oye de un oído. Después de estar varios meses desaparecido, fue 'legalizado' y apareció en Olmos.