Actualizado 06/06/2008 20:09

Argentina.- El ministro de Justicia considera que pedirle un gesto de grandeza a la presidenta es casi irrespetuoso


BUENOS AIRES, 6 Jun. (Del corresponsal de EUROPA PRESS Rafael Saralegui) -

El ministro de Justicia, Aníbal Fernández, dijo hoy que pedirle "un gesto de grandeza" a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, "es casi irrespetuoso", al referirse al documento difundido anoche por la Iglesia Católica en el que pidió al Gobierno que convoque al diálogo con los productores agropecuarios.

"Que le pidan un gesto de grandeza, me suena casi hasta irrespetuoso, porque quienes lo están pidiendo debieran estar asociados a esta idea: la idea de pelear por la mesa de los argentinos, asegurarle que productos como el pan valgan lo que están valiendo hoy, y no cinco veces más, o la carne valga lo que vale hoy, y no termine costándonos 60 pesos (12 euros)", dijo Fernández.

El funcionario se quejó porque ahora "aparecen gestos de quienes se quieren dirigir como mediadores de la cuestión, cuando el Gobierno tiene un mandato popular de tan solo seis meses" y que "no necesita a nadie que medie ni resuelva esta situación, porque para eso fue elegido".

Después de casi 90 días de conflicto con el sector agropecuario, la Iglesia le pidió ayer "encarecidamente" a la presidenta Cristina Fernández que "convoque con urgencia a un diálogo transparente y constructivo con los dirigentes rurales", que reclaman que se suspenda el aumento del impuesto que grava las exportaciones de cereal.

"No es propio de los poderes públicos empeñarse como parte en los conflictos, sino abocarse a su solución como principales responsables del bien común, de acuerdo a las funciones que a cada uno de ellos les atribuye la Constitución", dijo el documento de la Iglesia.

Los obispos también dijeron que era necesario que los dirigentes del campo "revelan las estrategias de reclamo", ya que consideraron que "aunque hubiera reclamos justos, no es en las calles ni en las rutas donde solucionaremos los problemas".

"Ni la moderación en las demandas, ni la magnanimidad en el ejercicio del poder son signos de debilidad", dijo la cúpula de la Iglesia.