BUENOS AIRES, 9 Abr. (Reuters/EP) -
Los productores rurales de Argentina advirtieron ayer de que, si el Gobierno no atiende sus peticiones, reanudarán la huelga que suspendieron la semana pasada cuando el país estaba al borde del desabastecimiento total de alimentos básicos, mientras el Gobierno de la presidenta, Cristina Fernández, les pidió paciencia.
La protesta contra un incremento del impuesto a las exportaciones de granos y derivados que duró tres semanas, fue suspendida el miércoles pasado, por 30 días, para iniciar un diálogo con las autoridades que aún no se ha concretado y esa demora ha generado malestar entre los productores.
"Se podría llegar a dar por terminada la tregua antes, en la medida en que no haya ningún tipo de respuesta ni posibilidad de llevarla adelante", dijo a Radio Mitre el presidente de la asociación Carbap, integrante de una de las cuatro entidades que realizaron la huelga, Pedro Apaolaza.
Ante esta advertencia, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, afirmó: "Pedro Apaolaza, vamos a reunirnos y vamos a ponernos a trabajar. Hay que esperar, organizarnos y, después, sentarnos (...) No tiene mucho sentido seguir poniéndole voces altisonantes al tema". Por la noche, las cuatro entidades divulgaron un comunicado conjunto solicitando una audiencia con la presidenta "a la mayor brevedad posible".
"Nuestra propuesta es contribuir a consolidar una sociedad sin exclusiones, con igualdad de oportunidades y con equidad social, y es por ello que creemos de vital importancia restablecer un diálogo sincero y profundo, para proyectar entre todos un país mejor", afirmaron en el comunicado.
DESABASTECIMIENTO
La protesta dejó hasta la semana pasada a millones de personas sin carne -un producto básico en la dieta de los argentinos- y sin muchos lácteos y verduras, ya que los agricultores bloquearon carreteras para impedir el paso de los camiones con alimentos. En Buenos Aires y en otras ciudades del país hubo manifestaciones a favor y en contra del campo, mientras que los precios internacionales de los granos subieron como consecuencia de la suspensión de las exportaciones de Argentina, uno de los mayores proveedores agrícolas del mundo.
Para reducir la tensión, el Gobierno otorgó beneficios impositivos a los pequeños productores y ofreció dialogar con las entidades rurales, pero las negociaciones no comenzaron. "Creo que (las autoridades) están en una tarea de ablande (desgaste). Se equivocan una vez más, debió haberse llamado al diálogo de inmediato y ya podríamos haber ganado tres o cuatro días", añadió Apaolaza.
Fuentes del sector rural dijeron que, en caso de ser retomada en mayo, la protesta podría apuntar específicamente al comercio de granos. Pese al enojo de algunos dirigentes rurales, otros representantes del campo emplearon un discurso conciliador. "Romper la tregua no sería prudente, no sería constructivo para un momento delicado como éste. Hay que cumplir con la palabra empeñada públicamente, con los 30 días", dijo a Reuters Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria Argentina, que reúne principalmente a pequeños y medianos productores.
EXPORTACIONES DE CARNE
Esta semana, las exportaciones de carne vacuna volvieron a la normalidad, según Mario Ravettino, presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC. "Hemos encontrado solución a los requisitos de una resolución que la Aduana impuso el 1 de abril sobre los contratos de exportaciones y el canal por el que se enviaban al exterior", explicó el presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC, Mario Ravettino, a la agencia oficial de noticias Télam.
La aduana informó además de que los embarques de carne se habían autorizado después del cumplimiento de los requerimientos oficiales y realizados los controles técnicos. "De esta forma se han normalizado, a partir de la fecha de hoy (martes), las exportaciones de carne bovina por el cumplimiento de la normativa del Código Aduanero", afirmó.