Publicado 25/03/2014 16:59

Pese a alta inflación, cosecha récord no enfrentará trabas de sindicatos en Argentina

Por Nicolás Misculin

BUENOS AIRES, 25 mar, 25 Mar. (Reuters/EP) -

- Las firmas agroexportadoras de Argentina están cerca de lograr un acuerdo salarial con los trabajadores del sector para evitar huelgas que este año afecten los embarques de una cosecha récord de soja, pese a la alta conflictividad laboral que hay en el país por una elevada inflación.

Con alumnos sin clases desde hace dos semanas por una huelga docente en el mayor distrito del país, Buenos Aires, y con amenazas de paros que se extienden a distintos sectores de la economía, la situación del pujante sector agroexportador se asemeja a un oasis.

Los altos precios internacionales de la soja y una cosecha que alcanzará los 54,5 millones de toneladas -según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires- son otros dos elementos clave que mejoran el panorama de uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos.

"Las perspectivas son buenas. Seguramente el COPA (Complejo Oleaginoso Portuario Agroexportador) fije un salario básico más alto que el 99 por ciento de los sindicatos", señaló a Reuters Edgardo Quiroga, secretario gremial de la Confederación General del Trabajo (CGT) de San Lorenzo, en los suburbios de Rosario, la principal región agroindustrial del país.

"Las empresas dijeron que en 2014 quieren una negociación sin medidas de fuerza en el medio, lo que a nosotros nos parece bien", añadió el sindicalista, que dijo que esta semana comenzarán las negociaciones con las empresas.

Los sindicatos de Argentina realizan negociaciones salariales anuales conocidas como paritarias que son mediadas por el Ministerio de Trabajo.

La CGT de San Lorenzo había amenazado con una medida de fuerza recientemente, pero al recibir el llamado empresarial para negociar un acuerdo salarial descartó la protesta.

"Hoy los empresarios van a querer arreglar sin conflictos. Este es un sector fuerte económicamente, no creo que tengamos mayores problemas", expresó Pablo Palacio, secretario gremial de la Unión de Recibidores de Granos.

El sindicato firmó a fines del año pasado un acuerdo por seis meses -para evaluar la evolución de la inflación- por un alza salarial de alrededor del 19 por ciento, que deberá renovarse a partir de abril.

En el pasado, las protestas de los trabajadores aceiteros, los estibadores o los recibidores de granos, entre otros obreros, han detenido los embarques de granos o productos derivados en Rosario, generando millonarias pérdidas a los exportadores por las demoras.

Argentina es el principal exportador mundial de harina y aceite de soja y el tercero de maíz.

CAMBIO DE TENDENCIA

Con una inflación de dos dígitos desde hace años y que podría superar el 30 por ciento en 2014, las negociaciones salariales -que suelen comenzar en esta época- amenazan con ser muy conflictivas en Argentina, pese a que el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández pidió que los aumentos salariales no sean desmesurados para evitar una escalada inflacionaria.

Muchos sindicatos poderosos suelen recurrir a largas huelgas, manifestaciones o cortes de calles para lograr una compensación salarial que equipare la erosión del poder adquisitivo provocada por la inflación.

Las medidas de fuerza eran muy comunes en el área de Rosario, donde varios gremios poderosos que se disputan los altos salarios que paga el sector agroexportador en el pasado no han dudado en bloquear las plantas procesadoras para protestar, especialmente en el pico de la cosecha en abril y mayo.

Sin embargo, la situación cambió desde el año pasado, cuando prácticamente no hubo protestas.

Las conversaciones entre sindicalistas y empresarios comienzan tempranamente y las dos partes se muestran flexibles en momentos en que el sector agroexportador del país no atraviesa por un período de esplendor.

Las alzas en los costos de producción que provocó la inflación y el cierre definitivo en 2013 del mercado de la Unión Europea para la venta de biodiésel, que es elaborado a partir de aceite de soja, golpearon al sector.

"La agroindustria terminó el año pasado con una alta capacidad ociosa, lo que implica una merma en la actividad que los sindicalistas perciben. Si bien no hubo despidos, algunos plantas han bajado su actividad", explicó una fuente sectorial que prefirió que no se revelara su identidad.

"Es cierto que se espera una cosecha récord, pero todavía no llegó a las plantas", agregó.

Otra fuente del sector consideró que las perspectivas para la economía argentina son actualmente más favorables que en enero, cuando una devaluación del 18 por ciento disparó el temor a la inflación en toda la población.

"La sensación que tenemos es que el Gobierno ha logrado controlar las expectativas inflacionarias y devaluatorias. La situación hoy es muy diferente a la de enero, porque la diferencia entre lo que piden los trabajadores y lo que ofrecen las empresas no es tan grande. Tenemos la expectativa de que va a haber un acuerdo sin que se paralicen las plantas", afirmó.

Los sindicalistas del sector se muestran en línea con esta tendencia conciliadora.

"Yo diría que va a ser sencillo el acuerdo, porque si todo el mundo está firmando (un aumento salarial de) entre el 28 y el 30 por ciento, nosotros vamos a andar en ese nivel, no tengo dudas", dijo Pablo Reguera, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo.