Publicado 27/01/2014 12:04

Precios argentinos suben por devaluación a la espera de relajación del control cambiario


BUENOS AIRES, 27 ene, 27 Ene. (Reuters/EP) -

- La inesperada flexibilización del estricto control de cambios que mantenía, y hasta la semana pasada defendía, el Gobierno argentino ha dejado a inversores preguntándose qué es lo que le depara el futuro a la históricamente inestable tercera economía de Latinoamérica.

Dueños de comercios a lo largo del país se apresuraron durante el fin de semana para cambiar las etiquetas con los precios de productos importados, desde cigarros cubanos a televisores de origen asiático, reflejando la caída de más del 20 por ciento que en los últimos días registró el precio oficial del peso.

La escalada en los precios al consumidor se produjo luego de que el Gobierno dijera el viernes que este lunes levantará parcialmente una restricción de dos años a la compra de dólares para ahorro, tras una fuerte devaluación de la moneda local.

La flexibilización se produjo en medio de una importante caída en las reservas de divisas del Banco Central argentino, que el viernes terminaron cerca de los 29.000 millones de dólares, el nivel más bajo desde fines del 2006.

El nivel de las reservas internacionales argentinas sugería que la entidad no podría seguir interviniendo en el mercado de cambios con la libertad con que lo hizo regularmente por años.

Sin embargo, la autorización de la compra de dólares para el público general argentino seguirá presionando sobre las exiguas reservas de la moneda estadounidense, debido a que el organismo es la principal fuente de la divisa.

Condicionados por crisis económicas previas, los argentinos acuden al dólar para ahorrar y están obsesionados con el billete verde.

Fueron las restricciones a la compra de dólares que finalizarán el lunes las que llevaron a los ahorristas del país a acudir al mercado informal de la divisa para protegerse de la elevada tasa de inflación, una de las más altas del mundo.

El Gobierno, cuyos indicadores de inflación están fuertemente desacreditados y se encuentran muy por debajo de las cifras de analistas, apuesta que la relajación de los controles acortará la diferencia entre los valores del peso oficial y el del mercado informal.

El valor oficial del peso cerró el viernes a 8,005 unidades por dólar, luego de haber caído un 11 por ciento el día anterior, su merma diaria más baja en cerca de 12 años.

"El Gobierno entiende que la cotización que alcanzó el dólar (de cerca de 8 pesos) es una cotización de convergencia, razonable para la economía de Argentina", dijo el ministro de Economía, Axel Kicillof, en una entrevista publicada el domingo por el matutino oficialista Página 12.

En el mercado informal, el peso cayó 7,25 por ciento para cerrar el jueves a 13,1 unidades por dólar. El viernes subió 11,97 por ciento y cerró a 11,7 unidades con respecto al dólar.

INFLACIÓN ALTA

Los precios minoristas subieron alrededor del 25 por ciento en el 2013, según analistas privados. En cambio, según los datos del desacreditado ente oficial de estadísticas, la inflación es de alrededor de la mitad de esa cifra.

Una nueva medición de los precios de consumidor, realizada a pedido por el Fondo Monetario Internacional, será estrenada en febrero.

Por otro lado, un congelamiento de un puñado de precios de productos básicos a partir de enero ha logrado mantener el valor de artículos en supermercados, pero su estabilidad está en duda en momentos en que distintos gremios se preparan para reclamar alzas salariales.

Si bien las políticas de la presidenta Cristina Fernández han generado inflación, sus electores en los comicios presidenciales del 2011, donde la mandataria fue cómodamente reelecta, parecen haberlas considerado como la llave a la recuperación económica tras la crisis del 2002.

Durante su campaña para la reelección, Fernández prometió una mayor intervención estatal en los mercados y un crecimiento en gasto público para estimular la economía, más allá de los crecientes índices de inflación.

PARÁLISIS EN COMERCIO GRANOS

El efecto de la volatilidad del peso argentino en las economías de otros países debería ser limitado por el hecho de que Argentina no ha logrado emitir deuda en mercados internacionales desde la declaración del "default" de su deuda soberana en el 2002.

Mientras tanto, los agricultores de Argentina han decidido almacenar sus granos antes que exponerse a los vaivenes de la moneda local. A su vez, eso ha contribuido a la escasez de dólares en el país sudamericano y a la debilidad del peso.

Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, y el tercer proveedor internacional del poroto de la oleaginosa y de maíz.

El "default" del 2002, seguido de una década de políticas que incluyen límites a las exportaciones de maíz y trigo, tasas elevadas a la venta al exterior de soja, y la nacionalización en el 2012 de la principal empresa energética del país, YPF , ahuyentaron las inversiones necesarias para expandir el sector agrícola y explotar las abundantes reservas de hidrocarburos.

Si en Argentina se registra una inflación anual del 30 por ciento en el 2014, como anticiparon analistas a Reuters, sería la tasa más elevada desde la crisis del 2002, cuando fue del 41 por ciento.

Los vaivenes de los precios minoristas tienen un gran impacto en la población y podrían generar tensión en las próximas semanas, cuando se espera que diversos gremios demanden aumentos salariales en línea a los cálculos de analistas y no los datos oficiales.

Fernández no ha hecho referencia a las alzas en los precios ni a la devaluación de la moneda en sus últimos discursos, temas que en cambio han abordado distintos funcionarios de su gabinete. En el 2015, cuando se celebren los próximos comicios presidenciales, Fernández no podrá presentarse a un tercer mandato.

Posibles candidatos presidenciales de los principales partidos opositores se muestran contrarios a muchas de las políticas intervencionistas del gobernante Frente por la Victoria.

"Si el Gobierno no logra controlar la inflación probablemente afectará las posibilidades de candidatos presidenciales alineados con la administración", dijo Ignacio Labaqui, analista de Medley Global Advisors.

"Una crisis económica más profunda podría darle un margen de oportunidad a candidatos más amigables con el mercado", añadió.

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