Actualizado 18/06/2014 13:53

Luis Arce: "La monarquía es un tema del pasado"

El ministro de Economía de Bolivia, Luis Arce
Foto: REUTERS

MADRID, 18 Jun. (Notimérica/EP) -

   El ministro de Economía y Finanzas de Bolivia, Luis Arce, ha afirmado que, para él, la monarquía es un tema del pasado y que todo lo que signifique privilegios, debería desaparecer.

   "Desde el punto de vista de ser iguales en el planeta, toda forma de oligarquía debería desaparecer", ha indicado Arce este miércoles en una rueda de prensa celebrada en la Casa de América de Madrid en relación a las monarquías actuales mundiales. El funcionario ha hecho estas declaraciones en el día en que el Rey Don Juan Carlos I pone fin a un reinado de 39 años para dar paso a su sucesor, su hijo Felipe VI.

   De espíritu socialista y defensor de las igualdades, el ministro ha asegurado que el crecimiento económico pasa por las reformas sociales, y esa ha sido la clave de la mejora de su país. "Hemos ido resolviendo problemas sociales y, por ende, mejorando los recursos de los bolivianos y el crecimiento económico", apuntó.

   Bolivia ha tenido durante 20 años un sistema neoliberal de privatización de los recursos bolivianos, con el pretexto de que iba a obtener crecimiento económico. Sin embargo, Arce ha señalado que "eso sólo ha traído pobreza y no ventajas económicas". Por ello, desde la llegada al poder del presidente Evo Morales, en 2006, el Gobierno ha impulsado un sistema basado, principalmente, en la nacionalización de los recursos bolivianos -'modelo económico social comunitario productivo'- para cambiar por completo el rumbo del país.

   Este modelo se asienta en cuatro pilares: el desarrollo económico del pueblo boliviano realizado en base a sus propios recursos, el engrandecimiento del país con una mayor producción, la redistribución del ingreso del país y la lucha contra la pobreza.

   Así, su máxima reside en la redistribución de la riqueza para que todos los bolivianos tengan una renta y una vejez digna porque, según ha manifestado Arce, "el modelo neoliberal y las tendencias capitalistas concentran el dinero en pocas manos, y eso está en contra de nuestro sistema".

   Gracias a este modelo, Bolivia se encuentra entre los siete países de mayor crecimiento de Sudamérica porque, hoy en día, "el país se ha transformado". En los últimos años, su crecimiento ha sido del 5%, cuando otros países, como Brasil o Argentina, "han sufrido un desaceleramiento".

CAMBIOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

   Bolivia se ha constituido como el segundo país con mejor dato de déficit fiscal, el endeudamiento público ha pasado del 80% en 2005 al 33% en 2013 y la inversión ha aumentado de 14,3% en 2005 al 19,3% en 2013.

   En cuanto a los avances sociales, el salario mínimo nacional ha aumentado considerablemente entre el mismo período (de 54 dólares a 172), y la desigualdad en la distribución de la riqueza del país ha disminuido, ya que el objetivo del Gobierno es "crecer en base a la mejora de la distribución del dinero", indicó el ministro.

   Desde 2011, Bolivia ya no es el país más pobre de Sudamérica. La extrema pobreza ha pasado de representar un 35% en 2005 a un 18% en 2012, y el objetivo de Evo Morales es de reducirla al 0% en 2025. "Hemos pasado de estar entre los peores países de distribución de riqueza a los mejores, de modo que no es difícil lograr ese objetivo si continuamos con este modelo", añadió.

   El funcionario ha afirmado que Bolivia tiene todos los parámetros de una economía sana y las claves para este 'milagro' económico responden a una redistribución de los beneficios entre todos. "Antes, producíamos excedentes pero no nos beneficiábamos nunca de nuestro trabajo, ahora sí", explicó.

   Al finalizar el encuentro, Luis Arce ha declarado que el sistema capitalista mundial es cada vez más problemático y longevo porque no se trata de una crisis específica, sino de varias que se retroalimentan, dificultando su resolución. Además, uno de los principales problemas, para él, es la mala repartición de la riqueza, de modo que la solución tiene que pasar, entre otras cosas, por "la transformación de las arquitecturas económicas mundiales", concluyó.