Publicado 27/02/2014 16:12

ACTUALIZA 2-Economía de Brasil cierra con alta nota el 2013, cifras fortalecen a presidenta Rousseff

(Cambia redacción, agrega contexto político, datos, firma de autor)

Por Brian Winter

SAO PAULO, 27 feb, 27 Feb. (Reuters/EP) -

- La economía de Brasil terminó el 2013 en un tono positivo gracias a las inversiones y a un fuerte gasto del consumidor, un resultado que dio a la presidenta Dilma Rousseff un impulso en su intento por reconstruir su credibilidad ante los inversores y ganar la reelección en octubre.

El producto interno bruto (PIB) de Brasil creció un 0,7 por ciento en el cuarto trimestre del 2013 respecto a los tres meses previos, dijo el jueves el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

Eso fue más del doble de lo esperado por el mercado y llevó a que la economía se expandiera un 2,3 por ciento en el 2013 sobre una base anualizada.

No obstante, el crecimiento estuvo lejos de los niveles de un 4 a 5 por ciento anual vistos a menudo durante la década pasada, cuando la demanda china por materias primas ayudó a convertir a Brasil en una estrella entre los mercados emergentes.

Pero una infraestructura deficiente, una alta deuda del consumidor y una menguante confianza empresarial desinflaron a la mayor economía de América Latina. Eso ha provocado temores de un largo período de crecimiento estancado, posiblemente por años.

En tanto, un incremento del 6,3 por ciento en inversiones el año pasado debería ayudar a aliviar algunos de los problemas que contienen a la economía.

También le dará a Rousseff una mejor imagen ante líderes empresariales mientras intenta expiar errores políticos de comienzos de su presidencia de izquierda y convencerlos de que un segundo mandato de ella sería más amigable con los mercados.

"Es un buen resultado, dado que hubo mayor inversión, y podías ver una reducción en la brecha entre oferta y demanda. Sugiere que la economía está creciendo con una mejor composición que antes", afirmó Jankiel Santos, economista jefe del banco de inversión Espirito Santo en Sao Paulo.

Por su parte, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, dijo que el ritmo de la recuperación económica en el cuarto trimestre sorprendió al Gobierno y sugiere una tasa moderada de crecimiento para este año.

El dato del jueves mostró que el gasto de los hogares aumentó un 0,7 por ciento en el cuarto trimestre frente al tercero, mientras que los desembolsos del Gobierno crecieron un 0,8 por ciento.

Para el año completo, la agricultura se elevó un 7 por ciento en comparación al 2012, gracias a cosechas récord de caña de azúcar, soja y maíz.

Sin embargo, la industria se contrajo un 0,2 por ciento, presionada por una caída de un 0,9 por ciento en las manufacturas.

Las fábricas de Brasil han lidiado por años con altos costos laborales, mala infraestructura y baja productividad.

INFLACION

Se esperaba que la economía brasileña creciera sólo un 0,3 por ciento en el cuarto trimestre, según la mediana de las estimaciones de 43 economistas consultados por Reuters.

El resultado trimestral representó un fuerte repunte después de que la economía se contrajo un 0,5 por ciento en el tercer trimestre. Muchos economistas creían que la expansión podría haber sido negativa nuevamente en el cuarto trimestre, lo cual ya habría representado una recesión.

El alza del gasto gubernamental también tuvo efectos dispares. Aunque ayudó a impulsar a la economía, la política fiscal expansiva ha provocado una aceleración de la inflación y ha aumentado la amenaza de una reducción de la calificación crediticia de Brasil por parte de la agencia Standard & Poor's.

El elevado nivel de la inflación ha mermado la confianza empresarial y del consumidor, lo que ha llevado al banco central a subir la tasa de interés referencial, Selic, desde mínimos niveles récord hasta un 10,75 por ciento en forma consecutiva desde abril del 2013.

También ha afectado el poder adquisitivo, lo que se tradujo en el peor año para las ventas minoristas en una década.

En la comparación interanual, la economía brasileña creció un 1,9 por ciento, más que el 1,6 por ciento esperado por analistas.