Actualizado 21/05/2008 19:46

Brasil.- Activistas medioambientales y grupos de indígenas protestan por la construcción de una represa en el Amazonas


BRASILIA, 21 May. (Reuters/EP) -

Activistas medioambientales por la Amazonía y grupos de indígenas advirtieron hoy de que la construcción de una represa que está proyectada sobre el río brasileño de Xingú provocará la inundación de las casas de unas 16.000 personas, secará ríos y alimentará la tala de árboles.

La preocupación de estos grupos ha aumentado después de la dimisión la semana pasada de la ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, considerada una guardiana del mayor bosque tropical del mundo. Se prevé que tras esta renuncia, el Gobierno acelerará la construcción de carreteras, oleoductos y plantas de energía en la región para alimentar el crecimiento rápido de la economía.

La represa de Belo Monte, impulsada por la estatal Eletrobras, sería uno de los más grandes hidroeléctricas del mundo, después de la de Tres Gargantas de China e Itaipú, compartida por Brasil y Paraguay.

Más de 1.000 ambientalistas e indígenas se reunieron esta semana en la ciudad de Altamira, en el norte del estado amazónico de Pará, para protestar contra el embalse y discutir alternativas.

Un funcionario de Eletrobras, Paulo Fernando Rezende, resultó herido y tuvo que ser hospitalizado el lunes en una escaramuza con los indios Kayapo armados con garrotes y machetes que había comenzado una danza de guerra en respuesta a su optimista presentación del proyecto.

En 1989, una protesta de indios contra un proyecto similar obligó a abandonar la idea de levantar la presa. El embalse de Belo Monte inundaría alrededor de 440 kilómetros cuadrados y desviaría parte del Xingu, que fluye hacia el norte para el río Amazonas.

Los residentes temen que su fuente de peces y agua está en peligro y afirman que la construcción de nuevas carreteras atraerá más colonos y agricultores, acelerando la deforestación.

"Carreteras, edificios, empresas de servicios, como la mayoría de los grandes proyectos en la Amazonia, la presa, va a traer mucha destrucción y poco beneficio para los residentes", dijo la representante de la Fundación Vivir, Producir y Proteger, Ana Paulo Santos Souza.

Las últimas grandes presas construidas en la región amazónica en la década de 1970 --Tucuruvi y Balbina-- han causado escasez de alimentos y ríos muertos, y desplazado a miles de personas, dijo el grupo ambientalista ISA.

Críticos afirman que el Gobierno, con el proyecto, ignora la preocupación por la conservación. "Este Gobierno considera la concesión de permisos ambientales como un mero proceso burocrático. No importa lo que el estudio de impacto pone de manifiesto", dijo a Reuters Marco Antonio Delfino, un fiscal de Altamira.

El Gobierno afirma que con la economía de Brasil creciendo a alrededor de un cinco por ciento por año, las plantas hidroeléctricas a lo largo de los muchos ríos de la vasta región amazónica son esenciales para garantizar el suministro de energía eléctrica en la próxima década.

"Brasil necesita energía limpia con el menor costo para la sociedad", dijo Eletrobras en una declaración. Belo Monte fue la mejor opción ya que grandes cantidades de energía se integran fácilmente en la red nacional, agregó.

La construcción de Belo Monte requerirá cinco años y la planta generará más de un seis por ciento de las necesidades de electricidad de Brasil. Debido a las lluvias estacionales, la planta producirá menos del 10 por ciento de su capacidad de 11.181 megavatios durante casi la mitad del año, según estudios preliminares de Eletrobras.

"Va a ser la presa más ineficiente del mundo", dijo Glenn Switkes, director del grupo Ríos Internacionales.