Actualizado 31/03/2014 21:10

Brasil rememora los 50 años de sueños silenciados

Víctimas de la Dictadura de Brasil
Foto: REUTERS

SAO PAULO, 31 Mar. (Notimérica/EP) -

   Cincuenta años de democracia no fueron suficientes para que Brasil se olvidará del negro periodo de la dictadura militar brasileña. En un día como hoy, un 31 de marzo de 1964, el país sudamericano sufría la interrupción de la democracia.

   Cuatro años antes de esta fecha, el presidente Joao Goulart, Jango, asumía la presidencia de Brasil después de la renuncia del entonces presidente, Jânio Quadros.

   A pesar de asumir el mando del país, Jango era visto con cierta desconfianza por parte de las Fuerzas Armadas, entretanto, con una maniobra del gobernador del estado de Río Grande del Sur, Leonel Brizola, Jango pudo mantenerse en el poder hasta la infeliz fecha.

   De esta forma, Jango es depuesto por los militares y se inician los "años del plomo" marcando el periodo que Brasil hoy rememora. Un periodo en que el país se vio marcado por la censura, la represión violenta de las manifestaciones populares, la pérdida de los derechos civiles, tortutas y asesinatos.

   La escalofriante pesadilla duró 21 años, hasta el 15 de marzo de 1985 con la posesión de José Sarney, un civil que venía a instaurar la Nueva República.

   Los abusos cometidos por los militares han quedado en la historia y en la memoria de aquellos que los sufrieron en primera persona. Deseosos de que los culpables se sentasen un día en el banquillo a responder por los actos que mancharon la historia del país 'verdeamarillo' de rojo.

   La formación de una Comisión de la Verdad en 2011, no fue capaz de dar un castigo a los excesos cometidos en este periodo.

   La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, uno de los siete miembros de la dicha comisión, es también victima de los 'años de plomo' pero ni ella misma - que fue presa y torturada por ser parte de una organización izquierdista y lucha armada contra el gobierno - ha sido capaz hacer que se avanzara en la investigaciones.

   Este lunes, en una ceremonia en recuerdo de los torturados y muertos, la presidenta Rousseff habló de la importancia de recordar y contar los hechos.

   "El día de hoy exige que recordemos y que contemos lo que ocurrió. Debemos esto a todos los que murieron y desaparecieron, a los torturados y perseguidos, a sus familias, a todos los brasileños. Recordar y contar es parte de un proceso muy humano", dijo la mandataria.

   Para la presidenta este periodo dio a los brasileños el entendimiento del "valor de la libertad" de los poderes "Legislativo y Judicial, independientes y activos". Así mismo, Rousseff afirmó que a causa de las manifestaciones populares Brasil reconquistó la democracia.

   Lo cierto es que la fecha sirve para meter el dedo en una herida que sigue abierta necesitada de que alguien la cure, porque el tiempo no es capaz de apagar el dolor de las madres, padres, hijos y hermanos que han perdido los 'años de flores'.