Actualizado 18/04/2014 23:56

Campos promete bajar los impuestos

El líder socialista brasileño Eduardo Campos
Foto: REUTERS

Pero planea una subida del precio del combustible para engrosar las ganancias de Petrobras

   SAO PAULO, 18 Abr. (Reuters/EP) -

   El candidato del Partido Socialista de Brasil (PSB), Eduardo Campos, ha prometido que bajará los impuestos par reactivar la economía, si gana las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo 5 de octubre en el país suramericano.

   En una entrevista concedida a Reuters, Campos ha prometido "un cambio" en "el viejo orden político" que pasa por "mejorar las fundamentos macroeconómicos" de Brasil para superar el lento crecimiento del gigante suramericano en los últimos años.

   Como piedra angular de su plan económico, ha apuntado a la necesidad de simplificar la legislación tributaria de Brasil que, según un reciente informe del Banco Mundial (BM), es una de las más complicadas del planeta.

   Campos ha explicado que esta simplificación implica eliminar los tributos redundantes, lo que supondría 'de facto' una reducción de la   carga fiscal que soporta el ciudadano, una de las más elevadas del subcontinente americano.

   Si bien, se ha mostrado consciente de que gobiernos anteriores lo han intentad y no han conseguido el visto bueno del Congreso, por lo que ha adelantado que presentará la reforma tributaria por partes para tener más posibilidades de éxito.

   El líder socialista también ha anticipado otra de sus medidas en materia económica: conseguir un alza del precio de los combustibles para aumentar con ello los beneficios de la empresa estatal Petrobras, uno de los motores de la economía brasileña.

   Campos ha denunciado que el Gobierno de Dilma Rousseff ha mantenido el precio del combustible por debajo de su precio real con el fin de contener la inflación, algo que ha conseguido, pero que ha provocado una caída del 32 por ciento del valor de las acciones de Petrobras desde 2010.

   "En este momento (Petrobras) está administrada sobre la base de lo que sea que es conveniente para este Gobierno", ha lamentado. "Hay que respetar la planificación a largo plazo. Hay que tener una regla transparente", ha sostenido.

SUSPICACIAS DE LOS TRABAJADORES

   Los sondeos sobre intención de voto reflejan que la mayoría de los brasileños de clase media y alta han comprado el discurso electoral de  Campos, sin embargo, muestran también una gran reticencia de los más humildes, que temen una regresión de las políticas sociales.

   En la última década --bajo los gobiernos del Partido de los Trabajadores de Luiz Inácio Lula da Silva y Rousseff-- 35 millones de brasileños han salido de la pobreza y ahora se manifiestan para exigir mejores servicios públicos.

   Rousseff ha socavado las promesas electorales de Campos advirtiendo a este sector indeciso de votantes, que tampoco se decanta totalmente por su continuidad en el Palacio de Planalto, de que una victoria del PSB significaría la vuelta al Brasil menos igualitario.

   Interrogado por ello, Campos ha rechazado este argumento, recordando que formó parte del Gobierno de Lula, por lo que participó en la lucha contra la pobreza. "Nosotros somos parte de eso. Nadie puede imaginar que vayamos a acabar con ello", ha dicho.

TERCERO EN LAS ENCUESTAS

   De acuerdo con las últimas encuestas, Campos se sitúa tercero en la carrera presidencial, con un 10 por ciento, a pesar de que se esperaba que la designación de la líder ecologista Marina Silva como su aspirante a la Vicepresidencia le ayudara a escalar posiciones.

   Preguntado a esta respecto, ha destacado que está seis puntos por encima de las mediciones anteriores. "Teníamos un cuatro y ahora tenemos un 10", ha valorado.

   Además, el abanderado del PSB ha indicado que "todavía no es el momento de subir (en las encuestas)" porque "los brasileños todavía no están preocupados por las elecciones". Campos ha apuntado que la verdadera competición empezará tras el Mundial de Fútbol.

   Por delante del ex gobernador de Pernambuco se sitúan Rousseff y el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) Aecio Neves, aunque con una gran brecha entre ambos: un 40 y un 16 por ciento, respectivamente.

   A pesar de que Rousseff todavía es la favorita de cara a las elecciones presidenciales, los sondeos evidencian un descenso paulatino de los apoyos, lo que ha hecho saltar las alarmas en el Palacio de Planalto.