Actualizado 02/09/2014 04:41

Las contradicciones de Silva, protagonistas en el segundo debate presidencial

Los candidatos a la Presidencia de Brasil en su primer debate televisado
Foto: PAULO WHITAKER / REUTERS

RÍO DE JANEIRO, 2 Sep. (Notimérica/EP) -

   El estado de la economía y las contradicciones en el programa de la candidata del Partido Socialista de Brasil, Marina Silva, han protagonizado el segundo debate televisado entre los candidatos a la presidencia de Brasil, que ha dejado patente el cambio de panorama político, cada vez más polarizado entre la propia líder socialista y la presidenta, Dilma Rousseff, ambas empatadas en las encuestas.

   El pasado viernes el sondeo de Datafolha otorgaba a cada una de ellas una intención de voto del 34 por ciento, mientras que el candidato del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves, ya ha quedado relegado al tercer puesto, con un 15 por ciento. El mismo esquema se ha repetido en el debate, centrado por los ataques entre las dos candidatas.

   Ya convertida en el nuevo enemigo a batir, Silva ha sido muy cuestionada por los otros dos candidatos debido a las "enormes contradicciones" de su programa, como ha dicho Neves. Se refería así a la polémica sobre la posición del PSB en relación a los derechos de los homosexuales.

   El programa inicial de la formación de Silva avalaba el matrimonio gay y hablaba de "no poner obstáculos" a la adopción. Horas después de su presentación y tras las duras críticas recibidas desde filas evangélicas el partido emitió un comunicado desdiciéndose y rebajando el nivel de apoyo a las históricas reivindicaciones del colectivo homosexual.

   "El mayor riesgo es no comprometerse y utilizar todo el rato frases hechas", ha asegurado Rousseff en referencia velada a las indecisiones de Silva. Preguntada por otro tema delicado a nivel ético, como el aborto, la candidata socialista ha dicho que no es una discusión fácil: "No satanizo a nadie, quiero un debate", ha puntualizado.

   Si las contradicciones de los últimos días son el punto débil de Silva, el estado de la economía es el talón de Aquiles de Rousseff. La presidenta ha llegado a decir que Brasil no está en recesión, porque en su opinión el país sigue recibiendo grandes inversiones del exterior, la Bolsa acumula beneficios y, sobre todo, no se ha afrontado la crisis internacional despidiendo a miles de trabajadores, como sí ha pasado en Europa.

   Brasil entró oficialmente en recesión técnica el pasado viernes, cuando el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) certificó que la economía del gigante sudamericano retrocedió un 0,6% en el segundo trimestre, lo que se suma a otra caída del 0,2% en el primero. Este escenario ha sido aprovechado por los rivales de Rousseff para atacar su labor y lo que, consideran, es falta de una visión estratégica.

   "Hemos sacado a 36 millones de personas de la pobreza y hemos metido a otros 42 en la clase media", ha recordado la presidenta, que ha intentado hacer bandera de los logros sociales del Partido de los Trabajadores (PT) para contener lo que ella considera un "pesimismo" que va contra los intereses del país.

   Silva ha contestado a la candidata a la reelección que se equivoca con su diagnóstico de un Brasil "coloreado", porque para poder corregir los errores primero hay que reconocerlos. La presidenta, por su parte, ha reprochado a Silva  tener una visión utópica, porque que buena parte de sus promesas sociales no son factibles si se llevan a cabo algunos puntos de su programa, como dotar de autonomía al Banco Central para que defina la política económica o ir hacia una menor dependencia del petróleo.

   El debate ha sido transmitido por el canal SBT y también ha contado con la participación de los candidatos Eduardo Jorge (Partido Verde), Pastor Everaldo (Partido Social Cristiano), Luciana Genro (Partido Socialismo y Libertad) y Levy Fidelix (Partido Partido Renovador Trabajista Brasileño).