Actualizado 26/04/2014 15:36

FIFA niega problemas de seguridad para los hinchas en el Mundial

Protestas contra el mundial de Brasil en Sao Paulo
Foto: GETTY

RIO DE JANEIRO, 26 Abr. (Reuters/EP) -  

   El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, ha desestimado las preocupaciones en torno a la seguridad de los hinchas que viajen a Brasil por disfrutar del Mundial de fútbol, a pesar de los violentos enfrentamientos entre la Policía y residentes locales que han tenido lugar esta misma semana en una favela cercana a uno de los barrios más turísticos de Rio de Janeiro.

   En concreto, dos personas han fallecido estos últimos días en los disturbios que se han desarrollado en una favela que se extiende en la colina entre Ipanema y Copacabana, los barrios turísticos donde se hospedarán decenas de miles de visitantes durante el Mundial, que comenzará el próximo mes de junio.

   La violencia comenzó el pasado lunes tras la muerte de un conocido bailarín durante una operación policial. Los vecinos culparon a las fuerzas del orden de la muerte y salieron a movilizarse en la calle, lo que provocó la respuesta de la Policía y un intercambio de disparos en el que murió otra persona.

   Sin embargo, el secretario general de la FIFA ha afirmado que las escenas "podrían haber ocurrido en cualquier parte del mundo" y ha prometido que no afectarían a los hinchas del fútbol. "Por el modo en que hablas de eso, parece que fuera una revolución", ha declarado Valcke a un periodista que le ha preguntado sobre los disturbios.

   "Nunca tuve dudas de que la seguridad del Mundial estuviera en riesgo. Estoy seguro de que la seguridad durante el Mundial será la mejor posible. Es posible que pase algo, pero eso puede suceder en cualquier país del mundo", ha apostillado.

   Decenas de miles de policías han sido entrenados para afrontar protestas violentas tras los masivos disturbios que afectaron al país durante la Copa Confederaciones del año pasado. Más de un millón de personas de todo el país tomaron las calles para protestar por los altos gastos destinados a los estadios y la falta de inversión en servicios públicos.