Actualizado 13/08/2008 08:11

Brasil.- Lula trata de apagar una polémica de si debe castigarse a los responsables de los abusos durante la dictadura

RIO DE JANEIRO, 13 Ago. (Reuters/EP) -

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, insistió ayer en sus esfuerzos por ahogar una polémica sobre si debe castigarse a los torturadores de la dictadura militar que gobernó el país entre 1964 y 1985.

Lula, durante un discurso en Río de Janeiro, dijo que la sociedad brasileña debe hacer culto a sus "héroes", y no buscar solo incriminar a los "villanos" que los mataron. A diferencia de otros vecinos del continente americano, Brasil no revisó una ley promulgada por el régimen castrense en 1979, que liberó a presos políticos, y amnistió a militares que hubieran cometido abusos y a sus opositores.

"Necesitamos tratar un poco mejor a nuestros muertos", afirmó el presidente, un ex líder sindical que estuvo preso por oponerse a la dictadura. "Siempre que hablamos de los estudiantes que murieron, de los trabajadores que murieron, hablamos insultando a alguien que los mató, cuando en verdad ese martirio nunca acabará si no aprendemos a transformar nuestros muertos en héroes y no en víctimas", agregó.

HERIDAS ABIERTAS

Brasil todavía no ha logrado cicatrizar totalmente las heridas dejadas por la dictadura y periódicamente, como ha ocurrido en las últimas semanas, resurge la polémica sobre la llamada Ley de Amnistía. Los ministros de Justicia, Tarso Genro, y de Derechos Humanos, Paulo Vannuchi, defendieron que la ley no debería amparar a los torturadores, por considerar que esa práctica no es un delito político, amparado por la amnistía, sino un crimen bárbaro.

El lunes, Lula, decidió que los ministros se mantengan fuera del debate, que debe realizarse a través del Poder Judicial, según reconoció Genro tras una reunión con el presidente. "Imagínese si el Frente Sandinista se quedara lamentando de todos los que mató Somoza", declaró además el mandatario ayer aludiendo a los sandinistas, ahora en el poder en Nicaragua, que en 1979 derrocaron al dictador Anastasio Somoza.

"Imagínese si Fidel (Castro) se quedara lamentando de todos los que mató (el dictador cubano Fulgencio) Batista. ¡No! Es hacer que esas personas que derrocaron luchando por algo en que creían se transformen en héroes, que sean símbolos de nuestra lucha," agregó. A diferencias de Argentina y Chile, que también vivieron duras dictaduras, Brasil nunca enjuició a nadie por asesinatos y torturas cometidas por el régimen castrense.

Cientos de militantes opositores fueron asesinados o desaparecieron durante el régimen militar brasileño, lejos de los miles de esos países. Ex oficiales se oponen, sin embargo, a una revisión, citando los ataques de que fueron objeto los militares por militantes de izquierda y acusando a quienes proponen castigos para los militares de buscar venganza.