BRASILIA, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, ha respondido a las acusaciones de la Unión Europea (UE), que había denunciado medidas arancelarias discriminatorias por parte del Gobierno, alegando que las prácticas comerciales brasileñas se sitúan dentro de las reglas fijadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Según las acusaciones del grupo europeo, Brasil habría intensificado los impuestos de los productos de manera incompatible con la legislación de la OMC, otorgando garantías y ventajas a las industrias brasileñas frente a las extranjeras. En especial, las quejas proceden de las tasas que se cobran a ciertos productos electrónicos y otros procedentes de la industria automovilística.
El Gobierno ha aumentado recientemente el Impuesto sobre los Productos Industrializados (IPI) de los automóviles importados, con excepción de los de origen mexicanos y de los países del Mercado Común del sur (Mercosur), y ha reducido hasta en un 30 por ciento los impuestos sobre los vehículos que fueron construidos con piezas procedentes de la industria brasileña.
El sector automovilístico es un área de comercio especialmente sensible entre ambas regiones, pues la UE cuenta con fuertes aspiraciones de expansión en América Latina, tal y como ha apuntado Agencia Brasil.
A ese respecto, el ministro brasileño no ha querido opinar, pues ha dicho desconocer las motivaciones del bloqueo europeo para esgrimir dicha acusación. Por ello, después de que las reclamaciones europeas sean formalizadas, ambas partes serán consultadas por el seno de la OMC. En caso de no llegar a un acuerdo en 60 días, la UE puede solicitar la creación de una comisión que tendrá que responder sobre las medidas adoptadas por Brasil.
Esta situación se produce después de que se hayan intensificado las negociaciones entre la UE y el Mercosur, que se encuentran dirimiendo y estipulando las listas de los productos a las que ambos bloques estarían dispuestos a liberar de impuestos.
El grupo sudamericano ha reivindicado la retirada de los subsidios agrícolas por parte de los países europeos, mientras que éstos pretenden que los miembros del Mercosur retiren las barreras proteccionistas a los productos industrializados.