RIO DE JANEIRO, 12 Oct. (Notimérica/EP) -
La mascota del pasado Mundial de Brasil, el armadillo Fuleco, sigue con sus actividades oficiales una vez que se acabaron los días de mayor emoción y ajetreo del Mundial de fútbol. En esta ocasión, su agenda de actividades se centra en el hospital Kinderspital de Zúrich, el principal instituto de pediatría de toda Suiza que atiende anualmente a 100.000 pacientes.
Fuleco abandonó el pasado 1 de octubre la sede de la FIFA para trasladarse al Kinderspital de Zúrich. Para ello, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, se aseguró en persona que el armadillo llegase sano y salvo a su destino.
En un lugar donde la importancia del fútbol pasa a segundo plano, el presidente de la FIFA consiguió dar una sorpresa a los jóvenes pacientes y se mostró emocionado por la alegría que la visita despertó entre ellos. "Hemos logrado llevar la sonrisa a sus rostros y darles nuevas esperanzas. En sitios así es donde se deciden los partidos más importantes", afirmó un emocionado Blatter.
El director del hospital, Markus Malagoli, que acompañó a Blatter en el recorrido por las instalaciones desde el área de urgencias hasta la unidad de cuidados intensivos, dijo que "tanto para los pacientes como para la dirección del hospital, esta visita supone un gran acontecimiento, y nos transmite con claridad lo mucho que se valora nuestro trabajo".
Mientras tanto, Fuleco, ocupó su puesto en la unidad de urgencias, con lo que se inscribe en una reciente tradición. Y es que también las mascotas del Mundial de Sudáfrica 2010, el leopardo Zakumi, y el del Mundial femenino de Alemania, la gata Karla Kick, continuaron sus respectivas carreras en este hospital, un terreno en el que se disputa un compromiso mucho más importante que cualquier encuentro de fútbol: el partido de la vida.
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