Actualizado 01/07/2015 18:51

Más de 142 millones de brasileños están llamados este domingo a las urnas

Niño juega con octavillas electorales frente a un colegio electoral
RICARDO MORAES / REUTERS

BRASILIA, 26 Oct. (Notimérica) -

Más de 142 millones de brasileños podrán votar este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, en la que elegirán quien ostentará la Jefatura del Estado a partir del 1 de enero de 2015.

La actual presidenta y candidata por el Partido de los Trabajadores (PT) de Dilma Rousseff, y Aécio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña), llegan a esta jornada electoral con una intención de voto muy igualada por lo que se prevé que estas elecciones serán las más reñidas desde la restauración de la democracia.

Rousseff fue la candidata más votada en la primera vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas, celebrada el pasado 5 de octubre, con un 40,36 por ciento de los votos, por delante de Neves, que logró un 35,23 por ciento de apoyo.

Los sucesivos sondeos que se han ido realizando a partir de esa fecha han ido dando muy ajustadas ventajas a uno y otro de los candidatos, que, según los analistas se encontrarían en una situación de empate técnico.

Los brasileños podrán seguir a partir de las ocho de la tarde los resultados parciales de la votación. La divulgación se hará en ese momento debido a que el horario en el estado de la zona de Acre es de dos horas menos que en el Brasilia.

Como ya sucediera en la primera vuelta electoral, la seguridad será un aspecto central. Sólo en Río de Janeiro serán desplegados 35.000 personas para asegurar que los comicios se llevan a cabo de forma pacífica y sin interferencias.

A pesar de los escándalos de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, que sacuden semana a semana la actualidad política del país, o la recesión técnica de la mayor economía de América Latina, Rousseff aspira a ampliar el ciclo de poder del Partido de los Trabajadores hasta los 16 años consecutivos.

Mientras, Aécio Neves se caracteriza por ser heredero de una familia política que lo fue casi todo en Brasil, incluyendo al presidente Tancredo Neves, abuelo del actual candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

La gran esperanza de Neves, quien fue atacado en todos los frentes, desde ser acusado de ser un "hijo de papá" y un "playboy" hasta un promotor del nepotismo, es que ocurra lo que sucedió en el primer turno: que los indecisos voten masivamente por él y logre remontar.

En el último debate entre los dos candidatos, el tema central volvió a ser la corrupción, luego que la revista brasileña Veja asegurara que Rousseff y Lula podrían haber estado involucrados en el desvío de dinero de Petrobras hacia varios partidos políticos, cuestión que es investigada por la policía.