Actualizado 20/10/2014 11:03

Petrobras, un factor poco beneficioso para Dilma Rousseff

Foto de Rousseff
Foto: UESLEI MARCELINO / REUTERS

RÍO DE JANEIRO, 19 Oct. (Notimérica/EP) -

   Petrobras es la mayor empresa de América Latina, pero también un quebradero de cabeza para la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que encara la recta final de la campaña para su reelección viendo como cada día salen a la luz nuevos detalles sobre supuestas tramas de corrupción en el seno de la principal empresa pública de Brasil.

   La 'Operación Lava Jato' detuvo hace unos meses al exdirector de Abastecimiento de la compañía, Paulo Roberto Costa. Desde la cárcel, en las últimas semanas ha hecho declaraciones premiadas por la Justicia en las que ha involucrado a gran parte de los partidos brasileños, aunque la peor parte se la ha llevado el Partido de los Trabajadores (PT).

   En una de sus últimas testificaciones filtradas a la prensa aseguraba que el PT recibía el 3% del valor de los contratos que se firmaban con las empresas que formaban parte de la trama corrupta, implicando directamente al tesorero del partido en el Gobierno, João Vaccari. Según su versión, con ese dinero sucio se financió parte de la campaña para la elección de Rousseff en 2010.

   La presidenta no está directamente involucrada en la trama, pero se ha visto salpicada. Entre 2003 y 2005 fue ministra de Minas y Energía y más tarde, como Jefa de Gabinete del Ejecutivo de Luiz Inácio Lula da Silva presidió el Consejo de Administración de la estatal, mientras, supuestamente, a su alrededor se forjaba todo el esquema corrupto.

   En su defensa, Rousseff siempre ha dicho que desconocía los hechos y  que en cuanto supo lo que pasaba mandó destituir a Costa. La presidenta y candidata ha pedido sin éxito en varias ocasiones conocer todo el contenido de las declaraciones de Costa para poder "depurar responsabilidades" y paliar así el daño que sus acusaciones a cuenta gotas están haciendo al PT en plena campaña electoral.

REFINERÍAS DUDOSAS

   Pero las polémicas con Petrobras no se limitan a la 'Operación Lava Jato'. Los que acusan a los actuales responsables de despilfarro recuerdan la ruinosa compra de una refinería en Pasadena (Estados Unidos) en 2006. Petrobras pagó 360 millones de dólares por el 50% de la refinería, un valor muy superior al que la empresa belga Astra Oil pagó un año antes por toda la refinería, 42,5 millones.

   Otra refinería envuelta de sospechas es la de Abreu e Lima, en el estado de Pernambuco, en el noreste de Brasil. Las obras se iniciaron en 2006, pero aún no funciona a pleno rendimiento, y el Ministerio Público Federal está investigando las cuentas: se presupuestó en 2.500 millones de dólares y de momento ya ha costado 18.500 millones, un 770% más de lo previsto. La propia presidenta de Petrobras, Graça Foster, dijo que era "un error que no debía ser repetido".

   Pero la posición sobre las sospechas de corrupción no es unánime: muchos consideran que los escándalos que acechan al buque insignia de la política energética brasileña forman parte de una estrategia de la oposición para desprestigiar a la empresa.

NEVES Y EL MIEDO A LA PRIVATIZACIÓN

   Así lo piensa el coordinador de la Federación Única de Petroleros (FUP), José Maria Rangel, que asegura que el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) que lidera Aécio Neves "pretende trasladar una idea de ineficiencia a la sociedad para después poder privatizarla", según ha explicado en declaraciones a Notimérica/EP.

   El miedo a una privatización hace que el sindicato de Rangel -que representa a 150.000 trabajadores de Petrobras  y empresas relacionadas con ella_ apoye sin fisuras la reelección de Rousseff. Considera que una victoria de Neves "debilitaría" a la compañía y supondría la pérdida de enormes recursos del petróleo que ahora se destinan a financiar la sanidad y la educación públicas.

   Rangel recuerda que a raíz de la victoria de Lula da Silva en 2002 la compañía dio un salto cualitativo y cuantitativo: "Lula triplicó las inversiones en el área de exploración, lo que incluso propició el descubrimiento de los yacimientos marinos del pré-sal. Basta ver que antes había 32.000 trabajadores y ahora somos 80.000", ha dicho.

   Si en 2002 el beneficio de la compañía rondaba los 8.100 millones de reales (3.300 millones de dólares) diez años después, tras los dos mandatos de Lula, Petrobras ganaba 21.100 (8.600 millones de dólares). El auge de Petrobras también benefició a otros sectores, como la industria naval brasileña. Si en la década de los 90 sólo empleaba a 500 personas en 2008 ya eran más de 40.000. Hoy en día está entre las mayores del mundo.

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