Dilma Rousseff y Aecio Neves
Foto: REUTERS

RÍO DE JANEIRO, 18 Oct. (Notimérica/EP) -

   El papel de la octava potencia mundial en el panorama internacional puede cambiar de manera notable a partir del próximo 26 de octubre: mientras que la actual presidenta Dilma Rousseff apuesta por seguir reforzando el multilateralismo y las alianzas entre países emergentes Aécio Neves quiere tener las manos libres para firmar acuerdos comerciales de tú a tú con Estados Unidos, Europa y Asia.

   Si es reelegida, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT) priorizará las relaciones con América Latina. Su programa promete "empeño" en el fortalecimiento de organizaciones como el Mercosur, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), lo que en su opinión, "no significa desconsiderar a los países desarrollados". En todo caso, Rousseff no esconde que se muestra más cómoda entre el grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India y China).

   Prueba de la importancia que su Gobierno ha dado a este grupo de emergentes es la cumbre que se celebró en la ciudad de Fortaleza el pasado mes de agosto. Allí se formalizó la creación de un Banco de Desarrollo y un Fondo de Reservas, una suerte de 'alter ego' del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), que en opinión de los BRICS no responden a sus intereses.

   Parte de esa querencia por la relación entre países del sur se explica por las tensiones con el Gobierno de Estados Unidos. Al discurso antiimperialista tradicional en la izquierda lationamericana se sumó el escándalo de las escuchas telefónicas --los servicios de inteligencia norteamericanos llegaron a pinchar el teléfono de Rousseff--, lo que enfrió las relaciones con el Ejecutivo de Barack Obama.

   El líder del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) por su parte, considera que la política exterior del PT ha estado demasiado guiada por la ideología. El partido conservador ha criticado en varias ocasiones las buenas relaciones que Rousseff mantiene con el Ejecutivo cubano, por ejemplo.

   Sobre otros vecinos amigos, como Bolivia, Neves dijo recientemente que "revisará" los acuerdos con algunos países porque no combaten el tráfico de drogas. Paralelamente, quiere mejorar los lazos con la Alianza del Pacífico (México, Chile, Colombia y Perú), un bloque que cada vez tiene más peso en la economía latinoamericana.

   En cualquier caso, Neves promete ir más allá de América Latina y los países en vías de desarrollo. Su programa diagnostica "un cambio de peso del Atlántico hacia el Pacífico", y critica que los gobiernos petistas hayan descuidado a los países asiáticos, que deberían ser una de las prioridades. Neves también apuesta por intentar cerrar acuerdos bilaterales con EE.UU y Europa, porque en su opinión el Mercosur está "muy debilitado" y es un freno a los intereses de Brasil.

   Un punto en el que coinciden ambos es la necesidad de reformar organismos internacionales para que el gigante latinoamericano tenga el peso que merece en la escena internacional. Entre ellos destaca el anhelo de Brasil de convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, uno de los objetivos más ambiciosos de su política exterior.

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