Actualizado 26/10/2014 10:42

Rousseff da una caminata y Neves visita la tumba de su abuelo en víspera electoral

Dilma Rousseff y Aecio Neves
Foto: NOTIMEX

BRASILIA, 26 Oct. (Notimérica) -

   Los candidatos a la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff, y Aecio Neves, aprovecharon la jornada del sábado, víspera de las elecciones presidenciales que se celebran este domingo en el país, para dar un paseo, en el caso de la actual presidenta, y visitar la tumba de su abuelo en el caso de Neves.

   La presidenta, Dilma Rousseff, participó a las once y media de la mañana en una caminata en Porto Alegre. El punto de reunión fue en la Avenida Senador Salgado Filho, en la esquina de la avenida Borges de Medeiros, en el centro, según informa Notimex.

   Mientras, el candidato Aecio Neves visitó por la mañana la tumba de su abuelo, el presidente Tancredo Neves, en la Iglesia de San Francisco en São João del Rei, Minas Gerais.

   Dos formas distintas para dos candidatos con maneras muy diferentes de ver el mundo.

   Hija de un inmigrante búlgaro y de una profesora, Dilma Rousseff
--economista, exministra y primera presidenta mujer de Brasil-- aspira a la reelección para continuar con sus políticas sociales.

   Rousseff cobró relevancia pública al calor de los Gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva, primero como ministra de Minas y Energía y después como jefa de la Casa Civil, un cargo que le valió el mote de 'super ministra' y que le sirvió para experimentar la responsabilidad de la Presidencia en pequeñas dosis.

   Desde el Ejecutivo, se encargó de implementar las reformas económicas que ya había probado en el estado de Río Grande del Sur y que sustentarían el crecimiento macroeconómico de Brasil mediante la explotación de los recursos naturales del país, lo que chocaría frontalmente con la firme defensa de la Amazonía por parte de la ex candidata Marina Silva, entonces ministra de Medio Ambiente.

   Pero el desempeño económico de Rousseff se ha visto ensombrecido en los últimos tiempos por la serie de escándalos de corrupción que han salido a la luz de forma paralela al proceso de transformación del gigante suramericano y que han salpicado a cada una de sus actuaciones clave.

   La presidenta se ha visto perjudicada directamente por la supuesta red de sobornos que se creó para conseguir jugosos contratos con Petrobras, en la época en la que Rousseff ejercía la más alta dirección política de la empresa estatal de hidrocarburos desde el Ministerio de Minas y Energía. "No tenía la menor idea de que eso pasaba en Petrobras", ha dicho al respecto.

   A ello se suma el caso 'Mensalao', conocido ya como 'el juicio del siglo', porque ha sentado en el banquillo a casi 40 políticos y empresarios por la trama de compraventa de votos en el Congreso para garantizar a los gobiernos del PT el apoyo parlamentario necesario para sacar adelante sus iniciativas.

   La popularidad de Rousseff también se ha visto perjudicada por los casos de corrupción que han rodeado a la obras públicas para la construcción de instalaciones para el Mundial de Fútbol de este año y los Juegos Olímpicos de 2016, que han estado plagados de irregularidades y que en 2012 provocaron una ola de protesta social sin precedentes.

   En este contexto, Rousseff ha optado por recuperar otras medidas, al margen de las económicas, que fueron punta de lanza de la transformación de Brasil, como el paquete de programas sociales, entre ellos Hambre Cero, que han permitido reducir la pobreza y la analfabetización, estrechando así la brecha entre clases.

   En esta línea, la mandataria ha acentuado el esfuerzo del PT por favorecer a la población más vulnerable desempolvando con ello el discurso de izquierda revolucionaria -aunque, obviamente, matizado- que la llevó a la política cuando era tan solo una adolescente en el contexto de la dictadura militar.

   Rousseff, hija de un próspero empresario de origen búlgaro que huyó de su país por motivos políticos, y de una profesora de Belo Horizonte procedente de una familia de ganaderos, inició su militancia política, según ha reconocido ella misma, a su entrada en el Colegio Estadual Central, que entonces contaba con un movimiento estudiantil muy activo.

   En esos años formó parte de la Organización Revolucionaria Marxista Política Operária (POLOP), desde donde dio el salto al Comando de Liberación Nacional (COLINA), una guerrilla que combatió al régimen castrense. Aunque, de acuerdo con varias versiones, Roussef nunca participó en acciones armadas, centrándose en la vertiente política, fue detenida, torturada y encarcelada durante dos años.

NEVES, EL HEREDERO

   Por su parte, heredero de una familia política que ocupó todos los cargos en Brasil, Aécio Neves, de 54 años, es un economista de orientación liberal, nieto del expresidente electo Tancredo Neves.

   Originario de Minas Gerais, uno de los estados más ricos e influyentes de Brasil, Neves afrontaba su primera candidatura a la Presidencia por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centro) como gran candidato, hasta la emergencia de Marina Silva.

   No fue hasta el 13 de agosto cuando el candidato preferido por la élite económica del país vio su candidatura seriamente peligrar, pues la muerte de Eduardo Campos en un accidente de avión provocó la ascensión de Silva al frente del Partido Socialista Brasileño (PSB), y su caída en los sondeos a la tercera posición.

   Dos veces gobernador en Minas Gerais, casado con una bella modelo y padre de tres hijos, Neves logró sin embargo reponerse a la fulgurante -y a la vez fugaz- ascensión de Silva, y llegó al segundo turno capitalizando el voto de las clases medias y altas urbanas de los grandes colegios electorales del sureste del país, en especial de Sao Paulo.

   Nieto del expresidente electo Tancredo Neves, este hombre nacido en el seno de la élite política del país y activo en la política desde los 20 años, recibió durante la campaña el apoyo de estrellas como el exjugador de futbol Ronaldo y no rehúye a la prensa rosa en algunas escenas de la vida privada.

   Una situación que le valió numerosas críticas de los que le acusan de ser un "playboy" nacido en la élite que trabaja poco y sólo conoce la realidad de las clases medias y pudientes de Brasil.

   Defensor de un nuevo modelo económico basado en privatizaciones, recorte del gasto y modernizaciones de la economía brasileña, que se encuentra en "recesión técnica", Neves sólo podrá ser presidente si logra absorber a última hora el apoyo de los votantes indecisos y los que en las encuestas dicen votar nulo o en blanco.

   Para ello, además de contraponer el modelo intervencionista en la economía del gobierno de Rousseff, defiende una renovación en la administración y en la política, después de que la corrupción en la mayor empresa de Brasil -la estatal petrolera Petrobras- salpicara la campaña.