Publicado 20/03/2014 13:19

La sencillez de Viri: compra en Mercadona, viste a sus hijos de Zara y tan sólo pintó La Moncloa

La sencillez de Viri: compra en Mercadona, viste a sus hijos de Zara y tan sólo
VANITY FAIR

MADRID, 20 Mar. (CHANCE) -

Tras nuestro presidente del gobierno, Mariano Rajoy, se esconde una gran mujer. Elvira Fernández de Balboa, su esposa, se ha convertido en su gran apoyo. De carácter fuerte, pero discreta y sobria. Viri, diminutivo que le asignaron en su infancia para diferenciarla de su madre, es la inquilina más desconocida de La Moncloa, pero no por ello, menos importante. Con un extenso reportaje, Vanity Fair ha conseguido llegar a conocerla realmente, viendo su lado más profundo.

SU INFLUENCIA SOBRE EL PRESIDENTE ES ENORME, ES SU PRINCIPAL APOYO

"Ahora no te puedes ir". Simple, pero contundente y segura. Fue la frase que Viri le dedicó a su esposo tras perder las elecciones por segunda vez consecutiva. Ella nunca dejó de confiar en él y siempre ha estado a su lado para apoyarle en sus momentos políticos más delicados. También en los mejores momentos, cuando se alzó como presidente del Gobierno.

Pero Viri es una mujer fuerte, y no se deja llevar por las presiones políticas. "Tiene mucha personalidad y mucho carácter. Y las ideas muy claras. Ideas propias, no las de su marido". Su influencia sobre el presidente es enorme, es su principal apoyo y su mejor consejera. "Da su opinión sobre todo, con criterio, aunque sabe que la decisión corresponde a su esposo. Ella es ella, no es la sombra de nadie", corrobora la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal.

Pero el papel que ejerce Viri destaca sobre todo por su sencillez, sobriedad y discreción. "No se encierra, pero no se exhibe", destacan de ella en Moncloa. Su máxima es "no hacer ni decir nada que pueda ser usado contra su marido", según afirma un miembro de ese hermético círculo de amigos y conocidos que contribuye a preservarla de la curiosidad ajena.

LE "MOLESTA PROFUNDAMENTE ES QUE LA IDENTIFIQUEN CON UNA MARUJA SIN PROFESIÓN"

Y es que sorprende de ella su poco gusto por los medios, y por ser el centro de atención. Cuatro años más tarde de conocer a Mariano, tuvo lugar su boda. Para aquel entonces, Rajoy ya era ministro de Administraciones Públicas, y el enlace tomó notoriedad, siendo portada de ¡Hola!, muy a pesar de Viri.

Desde entonces, y con el ascenso de su marido, casi sin darse cuenta, Viri y Mariano han sido foco de interés mediático. Con resignación, la mujer del presidente aceptó algún posado, y comenzó a acudir a los actos oficiales, aunque sin participación. Tal es su discreción que hasta tuvo que soportar gritos de "¡Apártate!" por parte de los fotógrafos, que no querían que una 'desconocida' apareciera en las instantáneas junto al presidente. Su perfil es tan bajo que incluso escapa al radar de los escoltas.

"Mi recuerdo es el de una persona reservada con pocas ganas de darse a conocer", comenta sobre Viri un antiguo colaborador de Rajoy. Y de hecho, el tiempo no ha conseguido que se acostumbre a las cámaras. "Se tensa ante los fotógrafos", explica la diputada Belén Bajo, responsable de prensa de Rajoy durante años. Tomó la fuerte decisión de cortar con todo: pidió una excedencia en Telefónica -algo que echa de menos- aunque lo que más le "molesta es que la identifiquen con una maruja sin profesión", confiesa un amigo.

Una discreción que refleja también en su imagen. "Cuando se pone algo de diseño lo rebaja con un collar clásico", comentan en su entorno. Tan sólo cambio el clásico gris por el verde caqui, también muy discreto, cuando su esposo fue nombrado presidente. Nada llamativo, tampoco para el pelo.

HA REDUCIDO HASTA UN 30% LOS GASTOS DE MONCLOA: COMPRA EN ZARA Y EN MERCADONA

Elvira llegó a Moncloa de puntillas. Pero su paso por ella no está siendo indiferente: hasta un 30% ha conseguido reducir el gasto. No realizó ninguna reforma en la vivienda, tan solo una mano de pintura y un cambio de cuadros y muebles del fondo de Patrimonio Nacional. Su gusto fluctúa entre el estilo recargado de Botella y el minimalismo de Espinosa.

Su gran pasión por el arte le acercará a Jaime de los Santos, el hombre que a día de hoy se ha convertido en su sombra. Dicha pasión se ha convertido en la gran válvula de escape de la esposa del presidente del Gobierno. Es asidua a galerías a las que acude conduciendo su propio coche, un Mercedes blanco serie A. Siempre en compañía de De los Santos. Con él va también de compras, aunque dicen que no le gusta especialmente hacerlo. Frecuenta Purificación García y Uterqüe, ambas de factura gallega, pero también el diseño sueco de COS, la línea más exclusiva de H&M. Para las grandes ocasiones opta por modistos españoles. Sus hijos, Mariano, de 14 años, y Juan, de 8, visten principalmente de Zara.

Pero no sólo el arte le entusiasma. Lectora voraz _lo último que ha leído es Lennon, del francés David Foenkinos_, es también una entusiasta del cine, siempre que puede se escapa a la primera sesión aprovechando que apenas hay público. Pero si hay algo que realiza con verdadera pasión es ver la televisión. Analiza los informativos y cualquier programa televisivo con el rigor de un profesional y de paso le transmite a su esposo los comentarios de Al rojo vivo, programa de la Sexta muy crítico con el PP, que ve a menudo. Esta economista, que estudió en la Universidad de Santiago, acabó especializándose en la compra de derechos de películas y contenidos audiovisuales.

Viri es además ordenada, meticulosa y austera. "Ha pasado a comprar en mercados" y es habitual ver el camión de reparto de Mercadona en La Moncloa. Ha cambiado las flores por plantas y las cuatro suscripciones a periódicos por una. Lógico así tanto ahorro. Eso sí, desde que se trasladó a Moncloa dejó de cocinar. Sus gustos culinarios incluyen el marisco gallego, los platos poco elaborados y el cocido de su madre.

VIVEN CON EL PADRE DE MARIANO, AL CUAL ADORA

Inevitablemente, su vida familiar ha cambiado desde que residen en Moncloa. Cuando Rajoy se va a trabajar ella dedica tiempo a hacer ejercicio en una elíptica o en la cinta de correr. Ahora ya no comparten esas largas caminatas de antaño, a pesar de que "es de las pocas personas que le sigue el ritmo a Mariano", comenta divertida una de sus amigas. La vida sana se ha impuesto en la pareja, que el pasado octubre dejó de fumar.

Pero su rutina diaria no difiere mucho de la de una familia de clase media acomodada. Los Rajoy desayunan y cenan juntos, incluido el padre del presidente, Mariano, de 93 años, que reside con ellos "y a quien adora". Hace años que el líder del PP reservó los domingos para pasarlos con su esposa e hijos. Además, durante la campaña electoral, se impuso la costumbre de dormir todas las noches en casa. Mantienen trato frecuente: "Hay pocos elementos de conflicto entre ellos. Es difícil que afloren discrepancias", comenta un miembro del gabinete de Rajoy.

En cuanto a sus hijos, tiene claro que no quiere que la vida en Moncloa les cambie. "Pelea para que los niños crezcan en un entorno normal, sin que sufran los feos bandazos de la política", señala una vieja amiga de Pontevedra. Estudian en el Colegio Británico, donde coinciden con los hijos de Fátima Báñez, titular de Empleo, y con los del exministro socialista José Blanco.

Precisamente de lo que más presume Mariano es de que sus hijos tienen un excelente nivel de inglés. Algún verano les ha mandado a Suiza a estudiar. Y aunque Viri no puede ayudarles con el idioma, sí lo hace con las matemáticas. De hecho, de joven ganó su primer sueldo dando clases particulares.

"Familiar" es uno de los calificativos más repetidos por quienes la conocen. Por esta faceta suya pasó sin embargo una dura prueba en 1997, cuando perdió a una niña a los seis meses de gestación. Tenía decorada la habitación de la que hubiera sido su primogénita. "Lo pasó realmente mal, cayó en una depresión. Sentía pánico de no poder tener más hijos", asegura un íntimo amigo.