SANTIAGO, 23 Abr. (De la corresponsal de EUROPA PRESS Claudia Riquelme) -
Unos 25 mil pasajeros resultaron afectados hoy por la paralización de actividades iniciada hoy por la chilena Empresa de Ferrocarriles del Estado, cuyos trabajadores decidieron no prestar sus servicios para demandar mejoras en su salario y en sus horarios laborales, así como una política gubernamental que priorice la inversión en este tipo de transporte.
Desde hace varios años, y en paralelo con el crecimiento de las empresas de autobuses y la considerable mejora de las autopistas, la compañía chilena se enfrenta a una de sus mayores crisis debido al cierre de sus estaciones, la cancelación del servicio hacia el norte del país y problemas de administración financiera.
Hay varios ex ejecutivos de la empresa procesados por cargos de presunta corrupción y sólo ayer un par de ellos sufrió el embargo de sus bienes para responder ante posibles delitos.
La Empresa de Ferrocarriles del Estado fue una de las más grandes de Chile y hasta hace 30 años los trenes cubrían todo el territorio nacional, mientras que sus trabajadores gozaban de grandes beneficios debido al exitoso modelo de negocios.
Hoy miles de pasajeros expresaron su molestia debido a la huelga total del sector y tuvieron que buscar fórmulas alternativas para llegar a sus destinos.
El presidente de la Confederación de los Trabajadores Ferroviarios, Jaime Rebolledo, dijo que los trabajadores no sólo piden mejoras gremiales, sino también que el Gobierno dote de mayor seguridad e inversión a las estaciones.
Por su parte, el gerente de la compañía estatal, Franco Faccilongo, rechazó la paralización y dijo que se trata de una protesta ilegal.