Actualizado 08/11/2007 21:43

Chile/España.- Hija de español asesinado en Chile pide a justicia chilena y española encarcelar a los culpables

Presidentes Zapatero y Bachelet, junto a Ban Ki-Moon, asistieron a ceremonia de homenaje a Carmelo Soria.


SANTIAGO, 8 Nov. (de la enviada especial de EUROPA PRESS Beatriz Fernández) -

La hija del ciudadano español Carmelo Soria, asesinado en 1976 por agentes de la represión de la dictadura de Augusto Pinochet, pidió hoy a la justicia de Chile y a la de España encarcelar a los culpables del crimen.

En una ceremonia realizada en la sede de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) en Santiago, Carmen Soria hizo un llamamiento a esclarecer el crimen: "Si la justicia chilena no lo hace, el juez Garzón podría hacerlo", dijo.

El asesinato de Soria, quien al momento de morir era funcionario de la Cepal, permanece impune a causa de la Ley de Amnistía dictada en 1978 por el propio Pinochet para impedir la acción judicial en contra de los ex militares y ex agentes que cometieron violaciones a los derechos humanos.

En el marco de las actividades de la XVII Cumbre Iberoamericana que se realiza en Santiago, la presidenta Michelle Bachelet y Carmen Soria descubrieron una placa en memoria del diplomático asesinado, acto que contó con la presencia del jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon.

"La familia quiere agradecer a los tres, que nos han acompañado en el esclarecimiento del asesinato de mi padre y espero que esas mismas personas nos ayuden a encarcelar a los que lo mataron", dijo la hija de Carmelo Soria.

VÍCTIMA DE LA DINA

Carmelo Soria murió el 14 de julio de 1976. Fue secuestrado por agentes de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), órgano represivo de la dictadura de Augusto Pinochet, por su condición de extranjero y por haber sido militante del Partido Socialista.

Su cadáver apareció el 17 de julio dentro de su auto, en un canal de regadío en la zona norte de Santiago de Chile, en lo que aparentaba ser un accidente de tránsito.

Los agentes de la DINA quebraron las lunetas, sacaron los asientos y la radio del automóvil y dejaron en botellas de alcohol en el interior, para simular un accidente.

No obstante, investigaciones judiciales, las declaraciones de testigos y la exhumación de los restos del ciudadano español permitieron determinar que fue torturado y asesinado en un cuartel de la DINA y luego lanzado al canal.

"A mi padre le fracturaron casi todas las costillas, tiene fracturadas manos, pies y finalmente lo matan jalando su cabeza, que la ponen entremedio de dos peldaños de una escalera y la jalan", contó recientemente a la prensa la hija del diplomático, Carmen Soria.

En agosto de 2007, el Senado chileno autorizó el pago de poco menos de 1 millón 100 mil euros como indemnización del Estado a la familia de Carmelo Soria por el crimen.

La hija del diplomático dio una dura y extensa batalla porque el Estado chileno reconociera la condición de funcionario internacional de su padre y que el crimen lo habían cometido agentes del gobierno militar y sólo logró la indemnización tras denunciar a Chile ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

No obstante, el asesinato aún se mantiene sin culpables, debido a la Ley de Amnistía.