Publicado 03/04/2014 21:12

Ordenan detener a los especuladores tras las quejas de los vecinos de Tarapacá por la subida de precios

Colas en Iquique para comprar provisiones tras el terremoto
REUTERS

SANTIAGO, 3 Abr. (Notimérica/EP) -

El fiscal de Tarapacá, Manuel Guerra, ha ordenado detener a los especuladores, después de las numerosas quejas de los vecinos de esta región chilena por la excesiva subida en el precio de los productos básicos tras el terremoto de 8,2 en la escala de Richter que el pasado martes sacudió la costa norte.

"La instrucción es que, si sorprenden a personas vendiendo, Carabineros debe proceder a la detención de estas personas, porque la especulación es un delito y vamos a perseguirlo", ha dicho en declaraciones al diario chileno 'La Tercera'.

Guerra ha considerado "impresentable el aprovechamiento (por parte de algunos comerciantes) del estado de catástrofe", recordando que la inflación deliberada por un desastre natural conlleva penas de hasta tres años, además de la incautación de toda la mercancía.

El Ministerio Público ha reaccionado así a la oleada de quejas que los residentes en las localidades afectadas por el seísmo han formulado en las últimas horas a través de los medios de comunicación por el ascenso meteórico de los precios.

La intervención de la Fiscalía ha sido necesaria porque, aunque el alcalde de Iquique --capital regional--, Jorge Soria, ha reconocido el aumento desproporcionado de los precios, no ha adoptado ninguna medida, limitándose a hacer un llamamiento a los comerciantes.

En Iquique, capital de Tarapacá, los habitantes aseguran que el pan se ha disparado hasta los 2.000 pesos (3,6 dólares), el kilo de pollo hasta los 5.000 (9), el bidón de agua hasta los 7.000 (12,6) y por una vela piden hasta 1.000 (1,8).

"Hemos sabido casos de denuncias informales, de que en Iquique y Alto Hospicio un bidón de agua, que normalmente vale unos 1.500 pesos, ahora cuesta cerca de 5.000, y eso es exagerado", ha confirmado Guerra.

EL TERREMOTO

El terremoto de 8,2 en la escala de Richter se produjo a las 18.46 (hora local) en el océano Pacífico, específicamente, 86 kilómetros al noroeste de la ciudad de Iquique a unos 20 kilómetros de profundidad. La sacudida se ha podido sentir en Perú y Ecuador.

El Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) de Chile declaró la alerta de tsunami, ordenando la evacuación del litoral septentrional, lo que obligó a unas 900.000 a abandonar sus hogares, aunque finalmente la retiró.

Este terremoto dejó seis muertos y provocó escenas de pánico. Los derrumbes, los incendios y las inundaciones evocaron el devastador seísmo de hace cuatro años, que originó un potente tsunami que le costó la vida a más de 500 personas.

Apenas 24 horas después, se ha producido otro seísmo, esta vez de 7,4 en la escala de Richter, que ha obligado a emitir otra orden de evacuación y alerta de tsunami, que han sido canceladas permitiendo la vuelta de los residentes locales a sus hogares.

En este contexto, la jefa de Estado chilena, Michelle Bachelet, ha declarado la zona de catástrofe, que implica el desplazamiento del Ejército para coordinar la ayuda y garantizar el orden público.