Por Antonio De la Jara
SANTIAGO, 10 sep, 10 Sep. (Reuters/EP) -
- El Congreso de Chile se alistaba el miércoles a aprobar una millonaria reforma tributaria impulsada por el Gobierno, aunque opacada en los últimos meses por la fuerte desaceleración de la economía y un menor apoyo de la ciudadanía.
Al cumplirse seis meses de Gobierno de la presidenta socialista Michelle Bachelet, los diputados discutían la iniciativa que busca recaudar un equivalente al 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en uno de los países con peor distribución de la riqueza en América Latina.
La reforma tributaria, la de mayor envergadura en décadas en Chile, es una de las piedras angulares del programa de Bachelet para financiar cambios profundos en la educación y luchar contra la desigualdad en el mayor exportador mundial de cobre.
"Espero en un ratito más que en el Parlamento se apruebe la reforma tributaria que permite a los que tienen más en este país paguen lo que corresponde, para que todos puedan vivir de manera más justa", dijo Bachelet en un acto público.
De no mediar sorpresas en la votación, Bachelet conseguiría su primer gran triunfo político desde que volvió en marzo a la presidencia tras haber gobernado el país entre el 2006 y el 2010.
En el centro de la reforma está un aumento del impuesto a las grandes empresas de hasta un 27 por ciento, desde un 20 por ciento.
La iniciativa contempla además que los dueños de las empresas tributen por la totalidad de las utilidades de sus firmas y no sólo sobre las que retiran. Esto implica el término del llamado fondo de utilidades tributables (FUT) a partir del 2018.
El proyecto, que tuvo más de 150 modificaciones en su discusión en el Senado para apaciguar a la derecha opositora y al empresariado, incluye impuestos correctivos, de cuidado del medio ambiente e incentivos a la inversión y ahorros focalizados.
COSTOS DE REFORMA
Analistas estiman que la discusión de la emblemática reforma ha sido más complicada de lo previsto por el Gobierno y sus costos políticos comienzan a sentirse.
La popularidad de la presidenta ha disminuido a medida que la economía se ha debilitado, otras reformas se han estancado y la situación de seguridad del país se ha deteriorado.
El Banco Central de Chile la semana pasada corrigió a la baja y por cuarta vez consecutiva su estimación de crecimiento de la economía a entre un 1,75 por ciento y un 2,25 por ciento para este año.
Mientras que la aprobación al Gobierno de Bachelet cayó en agosto por primera vez a menos del 50 por ciento, según una encuesta privada, arrastrada por el freno en la economía y un menor apoyo a las ambiciosas reformas que impulsa.
Por ello, Bachelet y su gabinete deberán realizar un esfuerzo adicional para explicar el alcance del ajuste en los tributos.
"Sacar adelante la reforma tributaria se transforma en un logro político, pero Bachelet ahora va a tener que explicarla. La gente pide más claridad en cuanto a lo que significan estos cambios tributarios", dijo Guillermo Holzmann, analista político de la Universidad de Valparaíso.