Publicado 15/01/2020 14:46

Un asteroide activo en el pasado, origen de una bola de fuego en 2017

Un asteroide activo en el pasado, origen de una bola de fuego en 2017
Un asteroide activo en el pasado, origen de una bola de fuego en 2017 - NAOJ/KASUGA ET AL.

   MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -

   Científicos japoneses han logrado identificar el asteroide de procedencia de una bola de fuego que sobrevoló el país nipón el 27 de abril de 2017.

   "Descubrimos la verdadera identidad de la bola de fuego", dice Toshihiro Kasuga, autor del artículo que describe el hallazgo y científico visitante en el Observatorio Astronómico Nacional de Japón y la Universidad de Kyoto Sangyo. "Tiene una órbita similar a la del asteroide cercano a la Tierra 2003 YT1, que probablemente sea su cuerpo principal".

   2003 YT1, un asteroide binario detectado por primera vez en 2003, parece haber estado activo en el pasado, lo que significa que se fisuró y liberó partículas de polvo, como la responsable de la bola de fuego de 2017. Sin embargo, actualmente no muestra ninguna actividad, según Kasuga. Sin embargo, los investigadores descubrieron que la órbita, el punto radiante estimado, la velocidad y la fecha de aparición de la bola de fuego de 2017 son consistentes con las partículas de polvo que se originaron en 2003 YT1.

   "La posible ruptura de la roca podría ser peligrosa para la vida en la Tierra", dice Kasuga. "El cuerpo padre 2003 YT1 podría romperse, y los asteroides resultantes podrían golpear la Tierra en los próximos 10 millones de años más o menos, especialmente porque 2003 YT1 tiene un mecanismo de producción de polvo".

   Los investigadores, que describen su hallazgo en Astronomical Journal, encontraron que este mecanismo de producción de polvo, o la probabilidad del asteroide de liberar polvo y partículas de roca, proviene de su inestabilidad rotacional en un proceso llamado efecto YORP. Cuando el sol calienta el asteroide, la energía produce un pequeño empuje, que puede producir un retroceso correspondiente, dependiendo de la atracción gravitacional y otras variables físicas.

   El retroceso puede torcer el asteroide, introduciendo un cambio de rotación. El cambio puede estar en desacuerdo físico con la gravedad y/u otras fuerzas, y obligar al asteroide a romperse físicamente, incluso un poco, un proceso que produce polvo.

   "Las partículas liberadas pueden ingresar a la atmósfera de la Tierra y aparecer como bolas de fuego, que es exactamente lo que sucedió en 2017", dice Kasuga.

   Según Kasuga, esa bola de fuego en particular no era una amenaza para la Tierra, ya que se estimaba que solo tenía unos pocos centímetros de tamaño. Algo tan pequeño se quemaría antes de llegar a la superficie.