Publicado 06/03/2020 11:17

Las ratas muestran aversión por el daño a sus semejantes

Las ratas muestran aversión por el daño a sus semejantes
Las ratas muestran aversión por el daño a sus semejantes - CC0 PUBLIC DOMAIN

   MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Al igual que los humanos, a las ratas les resulta repulsivo causar daño a sus semejantes, una respuesta que depende de la misma región cerebral asociada con la empatía en humanos.

   Un nuevo artículo publicado en Current Biology por neurocientíficos del Instituto de Neurociencia de los Países Bajos (NIN) concluye con esta evidencia que la aversión al daño está profundamente arraigada en la biología y allana el camino para el trabajo futuro para aumentar la aversión al daño en condiciones psiquiátricas.

   Se cree ampliamente que solo los humanos tienen sentimientos morales, mientras que los animales son egoístas: en la lucha por la vida, se preocupan por sí mismos y sus descendientes, pero no por extraños. En este estudio, los investigadores investigaron si esto es cierto. Los científicos dieron a las ratas la opción de elegir entre dos palancas que podrían presionar para recibir dulces (pastillas de sacarosa).

   Después de que las ratas desarrollaron una preferencia por una de las dos palancas, los científicos volvieron a cablear el sistema de entrega para que presionar la palanca preferida también produjera una desagradable estimulación eléctrica en el piso de una rata vecina. El vecino sorprendido reaccionó chillando su protesta. Las ratas dejaron de usar su palanca favorita tan pronto como obtener el dulce significaba lastimar a su vecino. Esto era cierto si el vecino era una rata con la que habían compartido la jaula de su casa o un extraño total.

   "Al igual que los humanos, a las ratas les resulta aversivo causar daño a otros", explica en un comunicado el doctor Julen Hernández-Lallement, primer autor del estudio e investigador del NIN.

   Para explorar si existe similitud entre la aversión al daño en ratas y humanos, los investigadores fueron un paso más allá. En humanos, los experimentos de imágenes de resonancia magnética funcional muestran que la corteza cingulada anterior, una región entre los dos hemisferios del cerebro, se ilumina cuando las personas se identifican con el dolor de un compañero humano.

   Los investigadores habían demostrado recientemente que la misma región en la rata contiene neuronas espejo emocionales, neuronas que mapean el dolor de otra rata en las neuronas de dolor del testigo.

   En el presente estudio, redujeron la actividad cerebral en la misma región de la rata al inyectar un anestésico local y observaron que las ratas luego dejaron de evitar dañar a otra rata por dulces.

   "Que los humanos y las ratas usen la misma región del cerebro para evitar daños a los demás es sorprendente. Muestra que la motivación moral que nos impide dañar a nuestros semejantes es evolutiva, profundamente arraigada en la biología de nuestro cerebro y compartida con otros animales", dice la doctora Valeria Gazzola, una de las autoras principales del estudio y líder de grupo en el NIN.