BOGOTÁ, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Organización Internacional para la Migración (OIM) publicado por la periodista Natalia Springer, reveló que al menos un 15 por ciento de los combatientes de los grupos armados ilegales colombianos son niños, según citó la emisora Caracol Radio.
En la investigación se evidenció que los grupos armados reclutan niños desde los 6 años para la guerra. Los más pequeños, además, son utilizados para transportar explosivos, sembrar minas antipersona y para labores de inteligencia. Los demás, en su gran mayoría, conforman los primeros anillos de seguridad de los campamentos guerrilleros.
ABUSOS SEXUALES
El Gobierno, por su parte, aseguró que esos niños son utilizados como 'carne de cañón', y sus tareas no se diferencian con las que desempeñan los adultos. El estudio indicó también una dramática cifra de abuso sexual dentro de las organizaciones guerrilleras. El 100 por cien de niños desmovilizados de estas organizaciones ya iniciaron su actividad sexual. Más del 8 por ciento de ellos tuvieron su primera relación entre los 4 y los 10 años.
Según Springer, esto pone en evidencia que hay abuso sexual dentro de estas organizaciones, pues un niños a esa edad no tienen aún capacidad para decidir sobre su sexualidad. Mientras, la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Elviar Forero, aseguró que las niñas de estas agrupaciones son obligadas a abortar por lo que no es frecuente que nazcan niños en los campamentos.
Según este estudio, las FARC es responsable del 52,1 por ciento del reclutamiento infantil en Colombia, le siguen las autodefensas y la guerrilla del ELN. Los municipios que tienen un mayor riesgo, según el informe, son La Macarena, La Uribe, La Julia, Mesetas, Vista Hermosa y Puerto Rico; que es básicamente el territorio que conformaba la zona de despeje de la presidencia de Andrés Pastrana.
La investigación revela también que la mayoría de los niños se van voluntariamente a los grupos armados ilegales, principalmente como consecuencia de la violencia interfamiliar, la falta de otras oportunidades y la falta de educación. Así mismo, Springer aseguró que la idea es que esta investigación quede como evidencia judicial, para que tribunales nacionales o internacionales lo tengan en cuenta para comprobar lo que para ellos son crímenes de lesa humanidad.