Actualizado 15/12/2007 03:35

Colombia.- Unas 18.000 armas entregadas por los paramilitares colombianos desmovilizados se funden para hacer monumentos

SOGAMOSO (COLOMBIA), 15 Dic. (EP/AP) -

Víctimas y verdugos colombianos arrojaron hoy miles de armas a un gigantesco horno, parte de una sobria ceremonia para fundir poco más de 18.000 fusiles entregados por los paramilitares desmovilizados desde 2003.

El metal que resulte de la fundición del armamento, entregado por los 31.671 paramilitares desmovilizados de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) desde el 2003 hasta 2006, será utilizado en la construcción de monumentos que se erigirán en nombre de la libertad y en símbolos conmemorativas de las víctimas del conflicto, como indicó la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR).

En el acto, al que no acudió el presidente, Alvaro Uribe, participaron el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, además de varios jerarcas religiosos, altos mandos militares y los embajadores de Estados Unidos, España, Noruega y Argentina. También estuvieron múltiples desmovilizados y parientes de víctimas.

La fundición de las 18.051 armas, con un peso estimado de 55 toneladas, y 2,7 millones de municiones se realizó en la Planta Siderúrgica Nacional (Sideral), en el Parque Industrial del poblado de Sogamoso, a unos 200 kilómetros al suroeste de Bogotá.

Los artistas colombianos serán invitados a comienzos de 2008 para decidir las obras que se harán con el metal, y algunas de esas obras podrán ser subastadas para recaudar fondos para la CNRR, indicó a los periodistas en el acto el presidente de la Comisión de Reparación, Eduardo Pizarro.

LA CEREMONIA

Ataviados con cascos verdes y camisetas blancas, 34 hombres y mujeres, parientes o víctimas del conflicto, y 46 desmovilizados, lanzaron cada uno un fusil o una pistola a un gigantesco contenedor metálico, que luego una grúa mecánica arrastró hasta un horno eléctrico para la primera tanda de la fundición, en un proceso vigilado por 34 delegados de la OEA.

A los parientes y víctimas que "apretando los dientes y con el llanto contenido nos han acompañado, los quiero saludar por el valor que han tenido" de asistir al acto, afirmó en su discurso Pizarro. Este es un "acto de purificación, de justicia, de esperanza y que nos de a todos fortaleza", declaró al inicio del acto monseñor Luis Augusto Castro, presidente de la Conferencia Episcopal colombiana.

"La paz es posible y es posible volver a tener optimismo y esperanza", aseguró Insulza. Armas "quedan muchas aún en Colombia y en toda América Latina por destruir, armas que están en manos de terroristas, de delincuentes, de narcotraficantes y que causan daño y dolor", recordó.

Hoy "quedan definitivamente sepultadas 18.051 armas que otrora sembraran terror y sangre en el territorio colombiano", comentó en la ceremonia el Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo. El acto "muestra de manera fehaciente lo que es el camino de la seguridad y el camino de la paz", aseguró.

Por su parte, Pizarro explicó antes que la idea de la fundición surge de una recomendación de la comunidad internacional. "La Organización de Naciones Unidas (ONU) exige la destrucción de este armamento ilegal (para sacarlo de circulación) y recomienda fundirlo y hacer una reparación simbólica" como monumentos y esculturas artísticas.