BOGOTA, 28 May. (EUROPA PRESS) -
El general retirado del Ejército Iván Ramírez ha sido detenido por orden de la Fiscalía General colombiana para prestar declaración como presunto implicado en el asalto al Palacio de Justicia, en el centro de Bogotá, en 1985.
Agentes del Cuerpo Técnico de Investigación lo detuvieron anoche en su residencia en el norte de Bogotá, desde donde fue trasladado a la sede del Batallón 13 de Policía Militar, por su presunta relación con la desaparición de algunas víctimas del Palacio de Justicia.
Su detención se produjo después de que la Fiscalía colombiana encontrara "serios indicios" sobre su presunta responsabilidad en la desaparición de los empleados de la cafetería del Palacio de Justicia y de Irma Franco, guerrillera del M-19.
En concreto, el general ha sido llamado por la Fiscalía a prestar declaración para que explique las actuaciones del comando Operativo de Inteligencia y Contrainteligencia (Coici) durante la toma y retoma del Palacio, pues para la época él era el comandante.
La versión de un suboficial que declaró cuatro veces entre 1991 y 1994 puso en aprietos al general Ramírez. Según dijo el testigo, Irma Franco supuestamente fue torturada por subalternos de Ramírez en una camioneta que estuvo estacionada al frente de la Casa del Florero.
"Siempre la mantuvieron dentro de ese vehículo y obtuvieron información de ella muy valiosa en ese momento para el Ejército", dijo en su momento el testigo, que después se retractó, según recuerda el diario local 'El Tiempo'.
Además, el comentario del coronel Alfonso Plazas -detenido por el mismo proceso- cuestionando por qué al general Ramírez la justicia no le había preguntado por la guerrillera, despertó dudas sobre la presunta responsabilidad del general.
A eso se suma la pérdida de libros de documentación de los años 1985 y 1986 de la unidad militar Coici. Una comisión especial de la Fiscalía estableció la segunda semana de mayo que dicha información había sido quemada.
Según dijo la Comisión, esos archivos contenían datos sobre las entradas y salidas de personal civil y militar; los reportes de guardia y de comunicaciones, de quiénes fueron asignados a diferentes misiones y sus informes y los enviados al Comando del Ejército.
También están unas grabaciones en las que se revela el paradero de al menos 12 supervivientes de la toma al Palacio. En ellas, se mencionan nombres de varios guerrilleros y civiles llevados a la Escuela de Caballería y cuentan cómo fueron torturados y asesinados.