Actualizado 28/10/2007 09:21

Colombia.- La oposición de izquierda se juega hoy su futuro de cara a las presidenciales

La alcaldía de Bogotá es el principal objetivo de los uribistas en estas elecciones municipales y regionales


BOGOTÁ, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -

Las elecciones locales y regionales de hoy en Colombia constituyen el primer debate en las urnas de cara a los comicios presidenciales y parlamentarios de 2010. Polo Democrático Alternativo (PDA) y uribismo miden fuerzas, los partidos tradicionales buscan recuperarse y el país tendrá que demostrar su avance frente a los grupos armados y la corrupción.

Las elecciones locales y regionales de este domingo constituyen un histórico pulso por el poder político. Casi veinte años después de formalizada la elección popular de alcaldes y en un escenario donde el bipartidismo tradicional es recuerdo de otros tiempos, los ciudadanos vuelven a las urnas condicionados por cuestiones como la la lucha contra los violentos, los corruptos, las clientelas y otros males de la democracia colombiana.

Sin duda, como coinciden todos los analistas, el primer interrogante por resolver es la disputa entre el PDA y organizaciones afines y el uribismo en sus distintas expresiones y matices. Por eso, la disputa electoral de este domingo representa el primer lance hacia la lucha por el poder de 2010. De ahí el protagonismo que terminó tomando la agresiva campaña por la alcaldía de Bogotá entre Samuel Moreno, candidato del Polo y Enrique Peñalosa, apoyado por la mayoría de fuerzas uribistas.

"El futuro político inmediato de la izquierda en Colombia se define este domingo y el Polo se juega la vida en Bogotá", observó el escritor y politólogo de la Universidad del Rosario, Enrique Serrano, en declaraciones a 'El Espectador'. "Si el Polo pierde en Bogotá, sus posibilidades de supervivencia para las elecciones de 2010 se complican y será muy difícil su reorganización", opina la politóloga de la Universidad de los Andes Elizabeth Úngar.

Los propios políticos también son conscientes de lo que se juega el Polo en la capital. Un senador del Polo, Jorge Robledo, explicitó cuáles son sus objetivos. "Vamos a obtener dos triunfos clave: la Gobernación de (la región de) Nariño y la alcaldía de Bogotá. Nos estamos preparando para la Presidencia de 2010", afirmó.

No obstante, del lado uribista también lo tienen claro y sus dirigentes están dispuestos a recuperar el terreno perdido en las elecciones de 2003. "El Polo izó bandera ganando la alcaldía de Bogotá hace cuatro años. Su situación con miras a 2010 depende en buena medida de que repitan con ese triunfo. Por eso es vital oponerse", manifestó el senador Carlos García Orjuela, presidente del Partido de Unidad Nacional, el Partido de la U, un movimiento con turbulencias internas que busca en estos comicios la consolidación como primera fuerza uribista. García Orjuela cree también que "hay que detener en las urnas la presión e influencia de los grupos armados".

Menos dramático y algo triunfalista se muestra el secretario general del Partido Cambio Radical, también uribista, Antonio Álvarez Lleras, quien manifiesta: "Si pierde (el candidato uribista, Enrique) Peñalosa, el uribismo se afecta pero no tanto. Creo que se afecta más la ciudad que la política". Sin embargo, como todas las colectividades políticas, resalta la importancia de este domingo: "Es una jornada definitiva para configurar el mapa político hacia las elecciones de Congreso y presidenciales de 2010".

La politóloga Elizabeth Úngar lo exalta con nombre propio: "En el caso específico del senador Germán Vargas Lleras, jefe máximo de Cambio Radical, es determinante lo que pueda suceder con su movimiento en estas elecciones, no solamente para su inocultable aspiración a la Presidencia, sino para consolidarse como una carta fuerte frente a una eventual nueva candidatura y aspiración reeleccionista del presidente Álvaro Uribe Vélez".

LIBERALES Y CONSERVADORES

Al margen de la confrontación Polo-uribismo, otras fuerzas hacen sus propios cálculos. Por ejemplo, el Partido Liberal Colombiano está dispuesto a recuperar las mayorías que hasta la irrupción de la disidencia de Uribe fue la constante en las últimas tres décadas. De hecho, en esta ocasión inscribió 1667 candidatos más que en 2003, y este repunte está encaminado a obtener el mayor número de gobernaciones, alcaldías, diputados, escaños en concejos e incluso en juntas administradoras locales.

El ex presidente César Gaviria, máximo dirigente de los liberales, enumera así las expectativas de su formación para este domingo: "Consolidar el liberalismo como partido, aumentar la votación y hacer efectivos avances y triunfos específicos: las gobernaciones de Atlántico, Santander, Cundinamarca, Caldas, Risaralda, Arauca y Caquetá, entre otras. Y definitivamente, recuperar la Costa Atlántica", indicó.

Y para no perder su talante actual de oposición al uribismo, la senadora liberal Cecilia López, agrega otros objetivos: "Estas elecciones van a demostrar si la seguridad democrática funciona o no. Además son los primeros comicios después del escándalo de la parapolítica, y habrá de verse si se acabó esta influencia y otras formas de clientelismo armado o burocrático, en unas elecciones donde han abundado la trashumancia electoral, la compra de votos y otros males de nuestra democracia".

Los conservadores también hacen sus propias cuentas. Esencialmente situarse por encima de los partidos de oposición y medirse frente a las demás fuerzas uribistas, también pensando en candidato propio para las presidenciales de 2010. Incluso, el actual presidente del Partido Conservador Colombiano, Efraín Cepeda, se arriesga a aventurar nombres: "Ahí están Carlos Rodado, Sabas Pretelt, Fernando Araújo, Carlos Holguín, Fabio Valencia y hasta Andrés Felipe Arias. Estas elecciones nos van a servir para evaluarnos como partido y como bloque uribista".

LIMPIEZA DE LOS COMICIOS

Más allá del plano puramente electoral y político, no cabe duda de que las elecciones de este domingo tienen significados adicionales. Por ejemplo, la analista Claudia López opina que los comicios deberán probar si la judicialización del fenómeno de la parapolítica tuvo o no algún efecto.

Como lo resalta el trabajo adelantado por la Misión de Observación Electoral -MOE-, "garantizar elecciones transparentes en Colombia no es tarea fácil", pues una larga trayectoria de clientelismo político, serias debilidades institucionales y un conflicto armado violento y complejo, no constituyen "el panorama ideal para garantizar que las elecciones reflejen libremente la voluntad popular".

El organismo elaboró un detallado informe de 220 páginas, que constituye un valioso manual para avanzar hacia la transparencia electoral. En él, se advierten las necesidades esenciales como garantizar la seguridad de los votantes. En segundo término, el MOE también destaca la importancia de promover cambios legales para castigar a los políticos involucrados en transgresiones a las leyes electorales.

Finalmente, es necesario avanzar hacia la tecnificación de las elecciones y el establecimiento de controles para las fuentes de financiación de las campañas. Hay avances en ambas materias, pero está claro que todavía subsisten incontables anomalías. Aún así, este domingo 28 de octubre, la democracia colombiana vuelve a probarse y más allá de las presiones de la guerrilla, el paramilitarismo o el narcotráfico, debe recuperar con el voto lo perdido con las armas.