SAN JOSÉ, 4 Nov. (Notimérica) -
Ayer comenzó en Limón el juicio por el brutal asesinato del joven biólogo Jairo Mora fallecido por golpes y asfixia en la playa de Moin, en Limón, en la noche del 31 de mayo de 2013. Un hecho que conmocionó a Costa Rica al dejar al descubierto el negocio que existía en torno al robo de los huevos de tortugas baula así como las conexiones con el narcotráfico.
La vista comenzó una semana después de lo programado debido a que uno de los imputados estaba enfermo -un contagio de varicela-. Los abogados defensores reclamaron el derecho de Centeno a estar presente en la apertura del juicio.
Ayer sí estuvieron presentes todos los imputados en la sala de juicio: dos hermanos de apellido Salmón, Rivas, Martínez, López, Delgado y Centeno, ya recuperado tras un período de cuarentena. Todos ellos se abstuvieron de declarar durante el primer día, según informa el diario 'La Nación'.
Además, estuvieron la representación del Ministerio Público, la parte querellante y la batería de abogados defensores. Están citadas 26 personas como testigos.
TESTIGOS PROTEGIDOS
En la primera jornada del juicio, que se prevé que concluya el 5 de diciembre, el Tribunal de Juicio guardó el anonimato de dos testigos protegidos, aportados por el Ministerio Público, que declararon con los alias de Free y Faro, confirmó la fiscal Carmen Zúñiga.
El primero de ellos testificará sobre las supuestas amenazas de muerte que habría recibido Mora durante los meses anteriores a su homicidio y el segundo podría ser capaz de ubicar en tiempo y espacio a uno de los sujetos acusados del crimen.
El actual paradero de Free y Faro solo lo conoce el Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Ni siquiera el Ministerio Público sabe dónde están.
Este trato de privacidad también regirá para la declaración de las víctimas. Una mujer que fue atacada 13 días antes que Mora junto a su marido y dos sobrinos, testificará hoy por videoconferencia.
FERVIENTE DEFENSOR DE LAS TORTUGAS
El asesinato de Mora conmocionó a Costa Rica, no sólo por la juventud del ambientalista y la brutalidad del homicidio ("lo arrastraron por la playa, hasta asfixiarlo en contra de la arena", revela la autopsia), sino por dejar en evidencia la desprotección en la que trabajan los defensores de la biodiversidad, las playas y la naturaleza del país, algunas de las mayores riquezas de Costa Rica.
Cuando detuvieron a los imputados, el director del OIJ explicó que los "hueveros" -saqueadores de nidos de tortugas gigantes- estaban molestos con Jairo por el incumplimiento de un supuesto pacto según el cuál Widecast, empresa para que la trabajaba Mora, les pagaría 300 dólares a diez de ellos para que abandonaran la zona. Sin embargo, el joven biólogo decidió denunciarlos a la Policía, según el OIJ.