Actualizado 18/03/2014 00:05

El robo de papeletas añade una nueva polémica a la segunda vuelta

Johnny Araya, ex candidato oficialista en Costa Rica
Foto: REUTERS

MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -

   El robo de varias papeletas ya selladas ha añadido una nueva polémica a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Costa Rica, prevista para el próximo 6 de abril y a la que ha renunciado 'de facto' uno de los dos candidatos, el oficialista Johnny Araya.

   Araya, representante del Partido de Liberación Nacional (PLN), anunció a principios de mes su retirada, a pesar de que días después matizó que únicamente renunciaba a la campaña y que respetaría "la voluntad del pueblo". Araya obtuvo en la primera ronda el 29,71 por ciento de los votos, por detrás del líder del Partido Acción Ciudadana (PAC), Luis Guillermo Solís, que logró un 30,64 por ciento.

   El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) advirtió de que el anuncio del candidato oficialista únicamente tenía efectos políticos y no jurídicos y, por tanto, siguió adelante con los preparativos.

   El proceso, sin embargo, se ve ahora salpicado por el robo de papeletas con sellos oficiales, denunciado por 'Diario Extra'. El viernes, el TSE anunció la expulsión de un oficial de seguridad como presunto responsable de la sustracción de unas "pocas" papeletas, pero el PAC solicitó la reimpresión de los más de tres millones de votos para garantizar la limpieza electoral.

   El presidente del TSE, Luis Antonio Sobrado, ha admitido este lunes que el robo "ha sido muy doloroso" para la institución, toda vez que supone un "insulto a la democracia" y su responsable deberá ser castigado con todo el peso de la ley.

   No obstante, no ha accedido a la demanda del PAC, ya que "no está en riesgo la pureza del sufragio", según informa el periódico costarricense 'La Nación'. "Quien piense que por tener papeletas en su poder va a ensuciar el material electoral no lo va a conseguir", ha subrayado Sobrado.

   Para evitar nuevos casos, el TSE ha reforzado las medidas de seguridad en torno a los preparativos y ha abierto la puerta a que los dos partidos representados en la segunda vuelta incluyan más observadores.