MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
La secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, confió hoy en que mañana no haya polémica por no invitar a los disidentes cubanos a la recepción que tendrá lugar en la Embajada de España en La Habana con motivo del Día de la Hispanidad ya que, según destacó, el Gobierno español está en contacto "permanente" con la oposición interna y con el exilio.
"Tenemos una relación permanente desde hace muchos años con la disidencia y con la oposición en el exterior. Ahora se han tomado determinadas decisiones que tiene que ver con una estrategia política pero evidentemente el diálogo con la disidencia nunca lo hemos dejado. Lo van a tener siempre y espero que esa polémica no sea tal", afirmó Jiménez en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press.
Preguntada por la decisión de los disidentes de no asistir al encuentro que tuvo lugar en abril pasado en La Habana días después de la visita del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, Jiménez recordó que no fueron todos los líderes de la oposición ya que hubo dos representantes de movimientos importantes. En todo caso, dijo respetar su decisión "legítima" de no acudir a la cita.
"Eso forma parte de la legitimidad de cualquier organización o de cualquier persona que quiera manifestar su discrepancia. Nosotros lo respetamos, pero tengo que decir que hay reuniones de carácter periódico y de carácter permanente con el propio embajador (Carlos Alonso Zaldívar) y con representantes políticos", añadió Jiménez, quien subrayó que ese diálogo sigue siendo "franco y sincero".
PRESION DESDE EL RESPETO
Por otro lado, consideró que la presión al régimen puede conducir a resultados "diferentes a los buscados" si no se hace con respeto, motivo por el que el Gobierno apuesta por una política de diálogo. "Queremos un proceso de cambio y que haya mayor apertura, pero estos cambios pueden hacerse desde Cuba, desde la propia sociedad cubana, desde las propias autoridades cubanas", indicó.
La secretaria de Estado recordó que en Cuba hay un proceso abierto tras el traspaso de poderes de Fidel Castro a su hermano Raúl en julio de 2006 y en estos momentos España está a la espera de ver qué movimientos se pueden producir. "Defiendo un determinado modelo, un determinado sistema (...) pero soy consciente de que la intervención desde fuera no siempre o casi nunca tiene éxito", añadió.
Así, destacó que las autoridades hayan decidido poner encima de la semana temas que "tradicionalmente eran muy difíciles" como presos políticos y la disidencia. "Se está hablando y eso supone un cambio importante. Somos nosotros los que sacamos determinados temas que si no lo hacemos desde el Gobierno español difícilmente se pueden hacer desde otras instancias y desde otros países", sentenció.