Actualizado 19/12/2016 13:47

30 años del asesinato de Guillermo Cano: El periodismo en Colombia sigue adelante

Guillermo Cano Isaza
YOUTUBE

   BOGOTÁ, 17 Dic. (Notimérica) -

   El 17 de diciembre de 1986 una de las voces más importantes del periodismo colombiano, la del director del diario 'El Espectador', Guillermo Cano Isaza, era silenciada a tiros en Bogotá. El asesinato a las puertas de la sede del diario fue atribuido a los sicarios del Cártel de Medellín, Colombia, liderado por el peligroso Pablo Escobar.

   Aquella trágica noche el periodista se dirigía a su casa para reunirse con su familia. Su mujer, hijos y nietos le esperaban para celebrar una típica tarde navideña. Sin embargo, Cano nunca llegó. Las balas le atravesaron el pecho mientras se encontraba en su vehículo, acabando con su vida sin ningún remedio, como una venganza que deseaba terminar fríamente con la voz de la verdad. Durante las investigaciones acerca del suceso, fueron asesinadas 12 personas más, incluyendo un magistrado, un juez y un abogado.

   Su lucha contra la violencia en Colombia y sus polémicas palabras fueron una forma fundamental de mostrar la realidad a la sociedad colombiana y al mundo a través del diario 'El Espectador', que le crearon numerosos enemigos. Años más tarde, recibió numerosos premios en honor a sus artículos sobre el narcotráfico y su contribución al periodismo iberoamericano.

   La tensa situación contra el narcotráfico en Colombia en aquella época se encontraba en plena guerra abierta. Tan solo cuatro días antes del suceso, la Corte Suprema de Justicia había acabado con el tratado de extradición que el gobierno colombiano había suscrito con el norteamericano. Por el contrario, la estrategia fue reabrir más tarde la extradición por vía administrativa.

   En los meses anteriores al asesinato, Cano criticó la forma en la que el gobierno se quería enfrentar el narcotráfico legalizando la marihuana y la cocaína. Durante esa época también se acabó con la vida de varios periodistas, como Raúl Echevarría Barrientos, y se amenazó de muerte a muchos otros, como César Pérez.

   El ilustre colombiano hizo del periodismo una herramienta para luchar con sus palabras en esta violenta guerra. Eso era lo que consideraba más importante. No obstante, fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo CPB en 1986 por la variedad temática de su columna dominical 'Libreta de Apuntes' que narró desde anécdotas de la vida de personajes nacionales hasta críticas acerca de los problemas que acechaban a Colombia.

   En esta profesión, que se topa con enormes obstáculos amenazantes del saber más frecuentemente de lo que se debiera, las figuras como la de Cano son imprescindibles. El periodista colombiano puso todo su empeño en la defensa del bien común, de estar libremente informados de la realidad. Cuando un periodista muere, con él se amordaza la libertad de todos los ciudadanos.

   En su honor, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) inauguró el Premio a la Libertad de Expresión Guillermo Cano. Además, numerosos medios internacionales aunaron fuerzas para luchar contra la amenaza ante la que esta expuesto el periodismo contemporáneo. Su familia creó la Fundación Guillermo Cano en su honor, en el año 1996, con el mismo objetivo.

   Hoy en día, en Colombia persiste una guerra contra el narcotráfico, una que se extiende a todos los ámbitos del país iberoamericano y liderada por la lucha de los propios ciudadanos. Las nuevas generaciones de periodistas colombianos han quedado marcados por las lecciones de Cano, cuyos principios éticos, defendidos a lo largo de su carrera, son un ejemplo para cada uno de ellos.