Actualizado 17/04/2015 12:06

Un año desde que 'Gabo' nos dejó

Gabriel García Márquez
Foto: EDGARD GARRIDO / REUTERS

MADRID, 17 Abr. (Notimérica) -

   Gabriel Garcia Márquez, más conocido como 'Gabo', describió en su obra 'Eva está dentro de su gato' ese estado que se produce tras la muerte: "¿Por qué tendría que estar en el limbo? ¿Acaso había muerto? No. Simplemente fue un cambio de estado, un tránsito normal de un mundo físico a un mundo más fácil, descomplicado".

   Este viernes 17 de abril se cumple un año desde que el premio Nobel de Literatura, escritor, periodista, novelista, cuentista, guionista y editor, que aprendió a escribir con 5 años y reconocía hacerlo "porque no servía para nada", nos dejase para embarcarse en ese "cambio de estado", donde "habían sido eliminadas todas las cosas".

   Colombiano de nacimiento, 'Gabo' murió a los 87 años de edad en México DF, donde vivía desde hace varios años, después de pasar sus últimas semanas de vida aquejado por una neumonía.

   El escritor creció junto a sus abuelos maternos en la población de Aracataca, donde comenzó a comprender el mundo desde la visión en la que desembocaría su literatura, conocida como realismo mágico, que encontró su máxima expresión en la que muchos consideran su obra cumbre: 'Cien años de soledad'.

   Sus abuelos marcaron la visión del 'Gabo' sobre la realidad. El coronel Nicolás Márquez era un veterano de la guerra de los Mil Días, un hombre de historias y narraciones bélicas, que fomentó la visión realista de García Márquez.

   Como contrapunto, su abuela Tranquilina Iguarán, separó del suelo los pies de un aún pequeño 'Gabo'. Ella fue la fuente de la visión mágica del premio Nobel, alimentándola con las narraciones de los mensajes que recibía en sueños. Su forma supersticiosa y sobrenatural de contemplar las cosas marcó para siempre al pequeño.

   La huella de la infancia permaneció indeleble en el realismo mágico del 'Gabo', que mezcló siempre la realidad y la fantasía, con personajes que percibían como reales los sueños, quizá porque el mundo onírico y fantástico que creó García Márquez le permitiese profundizar en su valoración del mundo.

   La mitología, la sorpresa, la combinación de primera, segunda y tercera persona en una misma narración, los saltos temporales, la importancia de lo sensorial, los acontecimientos no lineales, marcaron su forma de contar, convirtiendo a veces su lectura en difícil, pero siempre única.

UN PERIODISTA DE IZQUIERDA

   Como dijo el mismo 'Gabo', "aunque se sufra como un perro, no hay mejor oficio que el periodismo". Por eso, comenzó su andadura en esta profesión en los años 40, trabajando para el diario colombiano 'El Espectador' como corresponsal en Suiza, Francia, Italia, Checoslovaquia, Polonia, Rusia y Ucrania, sin dejar de mirar por un momento al continente americano.

   A pesar de las condiciones precarias en que vivía como corresponsal, pudo escribir 'El coronel no tiene quien le escriba' y 'La mala hora'. Esta situación se refleja en 'El coronel', donde relata la desesperanza de un viejo oficial de la guerra de los Mil Días aguardando la carta oficial que había de anunciarle la pensión de retiro a que tiene derecho.

   Su estancia en Europa le permitió ver América Latina desde otra perspectiva, distinguiendo su visión de los distintos países. Se dio cuenta entonces de que Europa era un continente viejo, mientras que Latinoamérica representaba la renovación.

   En 1959 fue nombrado director de la recién creada agencia de noticias cubana Prensa Latina. Tras vivir seis meses en Cuba, fue trasladado a Nueva York en 1960, pero tuvo grandes problemas con los cubanos exiliados y finalmente renunció.

   Después de recorrer el sur de Estados Unidos se fue a vivir a México. El Gobierno estadounidense le denegó el visado de entrada, porque, según las autoridades, García Márquez estaba afiliado al partido comunista. Fue en 1971, tras obtener el título de Doctor Honoris Causa por la universidad de Columbia, cuando obtuvo de nuevo el visado.

   El 'Gabo' nunca ocultó su tendencia de izquierdas. En declaraciones en 1971, García Márquez confesó: "Yo ambiciono que toda América Latina sea socialista. Pero ahora la gente está muy ilusionada con un socialismo pacífico, dentro de la Constitución. Todo eso me parece muy bonito electoralmente, pero creo que es totalmente utópico".

   'Gabo' se refería entonces al Gobierno de Salvador Allende en Chile (1970-1973), que consideraba que estaba abocado "a un proceso violento muy dramático", como realmente acabó sucediendo, con el golpe de Estado que siguió a la muerte de Allende en 1973 y desembocó en la dictadura de Augusto Pinochet.

HOMENAJES

   Aunque escribiera en 'Memoria de mis putas tristes', "es un triunfo en la vida que la memoria de los viejos se pierda para las cosas que no son esenciales", lo cierto es que al 'Gabo' ni viejos ni jóvenes han podido olvidarle.

   Colombia recordará al gran escritor con lecturas de su obra, exposiciones, conferencias, presentaciones de danza, música y teatro. Al homenaje, que se realizará bajo el lema "Gabo vive entre nosotros", se sumará la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), que comenzará el 21 de abril.

   Desde el jueves, 16 de abril, la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de Colombia celebra la jornada "Gabo vive en las bibliotecas", donde el público encontrará libros y materiales relacionados con el escritor y podrá participar en lecturas en voz alta de sus obras, según ha informado el diario local 'El Tiempo'.

   Para los que no se conformen sólo con recordarle y sigan enfrentándose al duelo de la pérdida, como el 'Gabo' escribió en 'Del amor y otros demonios', "no hay medicina que cure lo que no cura la felicidad".