Actualizado 31/03/2017 02:29

El Bar La Cueva, epicentro del rock argentino de los 60

   BUENOS AIRES, 19 Nov. (Notimérica) -

   Como todo grupo icónico de la música, los británicos The Beatles tuvieron unos inicios algo complicados. Su viaje a Hamburgo conformó una larga lista de experiencias que trasladaron de nuevo a su natal Liverpool, con una nueva estética completamente renovada gracias al diseño de corte de pelo de Astrid Kirchherr.

   Gracias a esta fotógrafa alemana, que mantenía una relación por aquel entonces con Stuart Sutcliffe --fundador de The Silver Beatles, que posteriormente se convertirían en los 'Fab Four'-- el grupo liderado por Paul McCartney y John Lennon crearían una nueva tendencia estilística que transformaría por completo varias generaciones.

   Su influencia traspasó fronteras y la importancia de su incursión en el mundo de la música hizo que miles de seguidores recorriesen las calles británicas en busca de un lugar en el que la banda pisara, se fotografiara o tocara.

   Uno de ellos, el más importante junto con el estudio situado junto al célebre paso de cebra de Abbey Road, es el club de Rock & Roll 'The Cavern', lugar donde Brian Epstein, 'El Quinto Beatle', conoció a The Beatles en 1961.

   Quizás la relevancia de este nombre hizo que los propietarios del bar bonaerense 'La Cueva', la cuna del rock argentino, propusieran su significado en español para configurar la que sería una de las épocas más prolíficas de su música.

   Por este reducto desfilaron diferentes músicos nacionales como Javier Martínez, Miguel Abuelo, Pajarito Zaguri, Tanguito, Lito Nebbia y Moris, uno de los pioneros del género en el país que este 19 de noviembre cumple 74 años. Su inestimable aporte al mundo de la música le ha concedido un legado influyente en muchos de los artistas del momento.

   El empeño artístico de Moris comenzó en 1966 junto a su primera formación, Los Beatniks, quienes se promocionaron desnudos en la revista 'Así' con el objetivo de atraer la atención para la escucha de su primer sencillo 'Rebelde/No finjas más'. Su paso por la cárcel --ya que ocurrió en plena presidencia de Juan Carlos Onganía-- y la mentalidad de la época supusieron un obstáculo para la venta.

IDAS Y VENIDAS

   Rápidamente, la banda se deshizo y comenzó su trayectoria en solitario con la edición de su primer disco 'Treinta Minutos de Vida' en 1970. En ella incluyó su tema más célebre 'El Oso'. Tres años después vino 'Ciudad de Guitarras Callejeras', colocando en la apertura 'Mi querido Amigo Pipo', un tema clásico en su repertorio.

   La mala situación sociopolítica de su país hizo que emigrara a España en 1975, donde editó 'Fiebre de vivir' (1977), consolidándose como uno de los músicos referentes en la escena del país europeo. A pesar de que allí primara el rock urbano, Moris decidió acercarse a un estilo más punk, propio de sus vecinos británicos.

   

   Su éxito terminó influyendo en algunos grupos de 'La Movida', un movimiento contracultural surgido en la España postfranquista. A principios de los años 80 volvió por un período breve a Buenos Aires, donde realizó la grabación de su disco en directo 'Las Obras de Moris' (1981).

   Tres álbumes producidos en España, '¿Dónde están las canciones?' (1982), 'Señor Rock, Presente' (1985) y 'Moris y Amigos' en directo en 1987 le separan de su regreso a Argentina. Allí se radicó por completo en la década de los 90, presentando sus trabajos en diversos lugares como el Teatro Coliseo, el Teatro Nacional Cervantes y el Auditorium de Mar del Plata.

LA CUEVA Y EL ROCK

   La inicial 'Cueva de Pasarotus', más tarde denominada únicamente 'La Cueva' fue un punto de encuentro frecuentado por numerosos artistas de jazz y rock desde sus inicios, en los años 60. Tan célebre como restringido --debido a la autodenominada Revolución Argentina-- el local acogió a las futuras figuras del movimiento musical.

   Las noches en su interior parecían más cortas de lo normal debido a sus clientes concurrentes, como Carlos Mellino, Ciro Fogliata, Miguel Grinberg y Oscar Moro. Normalmente, los asistentes solían terminar la jornada musical desayunando en otro bar mítico ubicado justo frente a 'La Cueva' llamado 'La Perla del Once'.

   Estos son solo algunos de los nombres más sonados del denominado 'rock argentino', una denominación musical muy amplia que recoge diferentes variedades de jazz, pop, punk, ska y heavy metal en un espectro adherido al período perteneciente a finales de los 60 y 70.

   La relevancia de Argentina en este concepto se debe a que fue uno de los primeros países iberoamericanos en combinar los diferentes estilos del Rock & Roll con elementos autónomos, desarrollando una identidad nacional propia muy distinta a la propia del ámbito anglosajón.

   Al principio, en estos puntos de encuentro artísticos sonaban versiones en inglés de otros grupos ya consolidados hasta que, en la segunda mitad de los años 60, se creó el 'beat'. Este era un género musical que incluía el castellano en sus letras, además de tratar sobre los problemas sociales y asuntos que interesaban al público.

   Más tarde, su nombre se transformó en 'música progresiva' para conseguir establecerse como 'rock nacional' y entrar en un favorable proceso de evolución durante los años 70 y 80, especialmente, tras la Guerra de las Malvinas, acontecida en 1982.

   Su relación con el rock estadounidense es indudable pero fue a raíz de la inclusión del español en las letras cuando se formó como un verdadero movimiento de características estéticas bien definidas. A mediados de los 50, las canciones de Elvis Presley, Chuck Berry y el malogrado Buddy Holly sonaban en Argentina.

   Los jóvenes vieron en sus temas la excusa perfecta para salir a las calles a bailar, momento que aprovecharon los comercios para vender los aclamados discos de estos artistas. Además, se lanzaron algunas producciones de películas musicales como 'Venga a bailar el rock', protagonizada por Eber Lobato.

EXTENSIÓN Y DIFUSIÓN

   Pronto, algunos grupos latinoamericanos alcanzaron grandes éxitos, como es el caso de los mexicanos Los Teen Toops y los artistas argentinos Los de Fuego, Los Gatos, Los Dukes, Johny Tedesco y Tony Vilar. Hacia 1965, el rock experimentó un rápido desarrollo en el país con numerosas agrupaciones entre las que se dejaba ver el célebre Luis Alberto Spinetta, líder de la futura agrupación 'Almendra'.

   La escena underground nació en las reuniones organizadas en 'La Cueva', el auditorio del 'Instituto Di Tella' y la pizzería 'La Perla'. Sus asistentes estaban firmemente influenciados por bandas y músicos como The Rolling Stones, The Beatles, Crosby, Stills, Nash & Young, Joan Baez o Bob Dylan.

   Con Moris y Los Beatniks se inició en el género una lenta transición desde la imitación a la creación original con matices de la idiosincrasia local. Así, la primera etapa (1967-1976) está marcada por la trilogía fundacional del rock argentino: Los Gatos, Manal y Almendra. Pronto aparecieron diversas revistas de rock y los primeros festivales de música.

   

   Entre ellos, destacan el Festival Nacional de Música Beat, el Festival de Música Joven, el Festival Pin Up y el June Sunday, cuatro grandes eventos sucedidos en 1969. Justo un año después, en 1970, dio comienzo la creación de bandas y canciones de rock más pesado, a la vez que el acústico tenía gran acogida.

Sin lugar a dudas la llegada de la dictadura militar y su consecuente censura (1976-1982) suponen una mancha negra en la historia de la música argentina, ya que muchos músicos como Gustavo Santaolalla, Edelmiro Molinari y bandas como Arco Iris, Crucis o Aquelarre tuvieron que exiliarse.

Los años siguientes estuvieron marcados por el surgimiento del rock progresivo y sinfónico, la combinación de rock y jazz y el empleo de la música electrónica, con samplers y sintetizadores. La época dorada (1982-1997) tras el conflicto de las Malvinas provocó la apertura de la etapa new wave y punk para entrar de lleno en los 90 con estilos como el grunge, el rock alternativo y el indie.