Publicado 31/10/2015 17:30

La brasileña Cristiane Azem lleva la danza de las tres culturas a España con ZIRYAB

    MADRID, 31 Oct. (Notimérica) -

    Nacida en São Paulo, la bailarina, coreógrafa, directora y estudiosa de las danzas orientales, Cristiane Azem, muestra en el escenario una reflexión sobre su historia y sobre la de muchas personas más, donde la migración es una realidad, ya sea de forma deseada o forzada.

   La brasileña, que reside desde hace 21 años en España, presentó en octubre, en la ciudad de Madrid, su espectáculo 'ZIRYAB Vinos y Rosas', una obra que lleva a los escenarios la herencia musical y poética de la convivencia de tres grandes culturas (la católica, la judía y la musulmana) en la Edad Media española y que dejó marcas profundas en la cultura del país.

   En una entrevista con Notimérica, Cristiane habla sobre los desafíos de la profesión, la relevancia de la obra y el proceso de desarrollo de la misma. Eduardo Paniagua, un músico español especializado en música medieval, que acompaña a Cristiane en la obra, también nos ha revelado sus impresiones sobre el proyecto.

   Notimérica: Eres una artista brasileña en Madrid, ¿es más fácil hacer danza fuera de Brasil?

   Cristiane: Creo que hacer danza no es fácil, independientemente de estar dentro o fuera de Brasil. En mi caso, el hecho de crear danza en España nace de la pasión que yo sentí por la cultura de este país cuando todavía vivía en Brasil, donde hasta los 25 años estudié danza paralelamente a Historia en la USP.

   Crear danza en España fue una consecuencia natural de haber inmigrado definitivamente y haberme establecido aquí, en Madrid, mi escuela. Seguramente de no ser así, haría lo mismo en Brasil. Yo quería que mi carrera se desarrollase en España, donde felizmente más de 30.000 personas pueden ver mi trabajo en los teatros más importantes del país.

N: ¿Cómo es preparar la coreografía de una obra que cuenta la historia de una cultura tan diferente como la suya?

   Preparar la coreografía de una obra es siempre difícil y fácil. En mi caso, para cualquier obra me documento muchísimo antes de comenzar su preparación. De cualquier manera, Ziryab no es tan distante de mi cultura, ya que mis raíces son libanesas.

   Es decir, todo el mundo oriental estuvo presente en mi educación desde mi más tierna infancia. Vengo de una ciudad, São Paulo, con una gran cantidad de judíos. La cultura sefardí tampoco me resulta distante.

   Yo soy de familia católica. La España de las tres culturas, que es parte de la inspiración de Ziryab, también es parte de mí. La cultura ibérica está presente en mi propia cultura y en la de tantos otros brasileños que como yo, somos hijos de inmigrantes.

   Este espectáculo llega en un momento en el que se habla mucho sobre la unión de culturas, el éxodo y las fronteras que impone la política.

   N:¿Hay algún interés especial en sacar la obra en este momento después de estar preparándola durante los últimos años?

   Pensé mucho sobre ese hecho, pensé que ahora sería el mejor momento para hablar de integración, convivencia y admiración por el "otro". Pensé que en estos momentos tan duros de radicalización sería adecuado hablar de sensaciones y emociones inherentes a todos los seres humanos.

   A través de Ziryab yo podía lanzar mi mensaje: somos todos iguales. Me inspiré en las palabras de un poeta andalusí, del siglo XII, Ibn Arabi: "mi corazón puede adoptar todas las formas".

N: ¿Cómo fue el proceso a la hora de unir estas tres culturas en forma de danza?

   El proceso fue muy largo. Muchos años estudiando y pensando si hacer algo con carácter histórico y tradicional u otra cosa. Me decidí por esa "otra cosa": el mundo de las sensaciones y emociones unido a las tres culturas.

   Decidimos que esos 8 siglos de historia se representarían en las 24 horas del día. La primera parte, en la cama del crepúsculo al amanecer y la segunda, del amanecer al crepúsculo. El hilo conductor de la obra son las emociones conectadas a las diferentes horas del día y la poesía de la vida cotidiana y sus ritos de paso.

   

EDUARDO PANIAGUA

   Notimérica: ¿Cree que se mantiene la influencia de la música medieval en la actual?

   Eduardo Paniagua: La interpretación de la música medieval española y europea es un trabajo artístico de recreación, pues no se ha conservado viva la tradición. Se ha de reinventar y por ello es muy importante la formación multidisciplinar sobre estas épocas, para ofrecer un equilibrio de veracidad y de creación artística contemporánea.

   En cualquier caso, se trabaja con los textos originales, transcripciones musicales críticas y copias de los instrumentos originales.

   En la música andalusí y sefardí, sí que existe la tradición oral, pero esta ha de ser también reinterpretada para acercarnos al tiempo de la edad media y no solo al tiempo de los informantes y documentos vivos del pasado siglo.

N: ¿Qué ha supuesto para usted ver materializada toda una vida de investigación y composición musical sobre el medievo en un espectáculo con cerca de 40 bailarinas en escena?

   Estoy disfrutando de la sensibilidad y creación del arte de la danza como complemento "humano" al arte musical, que tiende a ser más etéreo e inasible. Al plasmarse una expresión musical en un movimiento concreto, en un vestuario, en una iluminación, en una expresión del rostro de la bailarina, ves como en un espejo el reflejo del espíritu (las musas) que inspiraron la interpretación musical.

N: ¿A TRAVÉS DE SU MÚSICA Y DE LA COREOGRAFÍA DE CRISTIANE AZEM SE INTENTA ENVIAR ALGÚN MENSAJE MÁS ALLÁ DEL ESPECTÁCULO?

   El público es libre de reflexionar o no. Más bien creo que lo que se busca es disfrutar del trabajo y emoción de un cuerpo de danza que ha trabajado este repertorio con libertad y con muchos datos sobre lo que nos ha llegado de la danza antigua, tradicional, folclórica y moderna. Estamos ante un público actual en un teatro de una gran ciudad y con los medios audiovisuales de hoy. No estamos en un castillo o alcázar medieval.

   N: ¿Ha habido un deseo especial en hablar de las tres culturas en este momento, con el actual contexto político-migratorio?

   Ni lo más mínimo. Tres culturas es un concepto artificial. La sabiduría antigua retiene las culturas anteriores, las personas de espíritu en la antigüedad nos han legado lo mejor de su tradición y nosotros podemos atisbar este espíritu de "luz".

   No veo este espectáculo como algo oportunista ni de reivindicación del momento aciago de nuestra civilización "moderna". Deseo tiempos de luz, de armonía y de justicia, para tres, cuatro o cien culturas que se respetan y conviven en este planeta herido. La música puede ser balsámica y con la danza tal vez sea una buena "medicina del alma".

   Al editar un CD con la mejor parte de la música del espectáculo 'Ziryab, vino y rosas' quisiera prolongar, en otras escuchas, la impresión de un espectáculo de danza, en la que cada representación es una experiencia anímicamente irrepetible para el espectador y para las bailarinas.