Actualizado 23/05/2016 10:11

Las cenizas de Gabriel García Márquez reposan ya en Cartagena

Gabriel García Márquez, en el que reposan sus cenizas en Cartagena
COLPRENSA

   CARTAGENA, 23 May. (Colprensa/Notimérica) -

   Dos años después de su muerte, frente al monumento en el Claustro de la Merced, Colombia le rindió un justo homenaje a su más ilustre escritor.

   En un acto sencillo, pero lleno de la magia que caracterizó sus novelas, se reveló el busto del Nobel Gabriel García Márquez, en el que reposan sus cenizas en el Claustro de la Merced de la Universidad de Cartagena. El lugar fue escogido por Mercedes Barcha, esposa de Gabo, y sus hijos porque está muy cerca de la casa de escritor y porque evoca a la Virgen de la Merced.

   El rector de la Universidad de Cartagena, Edgar Parra Chacón, fue el encargado de oficializar la entrega del monumento a Gabriel García Márquez a su familia.

   Luego, el periodista y amigo del escritor Juan Gossaín compartió unas palabras en las que sostuvo que con el evento no se le da un último adiós a Gabo. "Estamos aquí para saludarlo, para recibirlo. Esto no es un homenaje a la muerte, es un homenaje a la vida", afirmó.

   También señaló que Cartagena fue una ciudad clave para la formación del Gabo escritor y periodista y recordó que en esta ciudad tuvo su primera incursión al oficio de periodista al escribir sus primeras crónicas en el diario El Universal.

   "La razón más poderosa para que las cenizas de Gabito descansen aquí es porque él mismo quiso que fuera así. Me lo dijo de su propia boca y jamás se lo había contado a nadie. Nunca he escrito esa historia, que ocurrió hace más de 20 años. Hablaré hoy de ello por primera vez. Estábamos juntos en el Hotel Caribe y le pedí que me vendiera el apartamento que tenía ahí cerca, un sitio repleto de árboles, paz y mar. Me dijo rotundamente que no, y agregó estas palabras: 'La gente sabe que a mí me gusta vivir en Cartagena, pero más me gustaría que alguna día me entierren aquí'", señaló.

   El Gobernador Dumek Turbay y la viceministra de Educación también compartieron palabras para homenajear a Gabo. Al evento acudieron amantes de la literatura, reconocidos escritores, autoridades civiles, periodistas y otras personalidades de la región y del exterior. El busto en bronce de García Márquez fue elaborado por la artista británica Katie Murray y las obras del mausoleo estuvieron a cargo del arquitecto Jorge Sandoval.

   Desde la Universidad de Cartagena han anunciado que además se creará una cátedra Gabriel García Márquez y una biblioteca de literatura colombiana. "Ésta es la ciudad donde están enterrados sus padres y sus hermanos. Ahora vuelven a juntarse, como la estirpe mitológica de los Buendía bajo el suelo de Macondo", concluyó su amigo, Gossaín.

Gabriel García Márquez, en el que reposan sus ceni

CARTAGENA, SU OBSESIÓN Y MORADA

   Desde que llegó a la ciudad en aquel abril de 1948, luego del magnicidio de Gaitán, y escribió el 21 de mayo su primera columna periodística en El Universal, el demiurgo de Macondo no abandonó jamás a Cartagena.

   La ciudad fue su obsesión tutelar después de cerrar el ciclo de Macondo. Su familia eligió a Cartagena como su ciudad de residencia pero también como su morada definitiva, desde 1951. En un nicho de la iglesia de San Pedro están enterrados la abuela guajira Tranquilina Iguarán y sus padres, Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez. Cartagena forjó el milagro de reunir los ancestros guajiros y sucreños de García Márquez.

   En otro nicho de la iglesia de Manga están las cenizas de Eligio y Alfredo García Márquez, hermanos menores del escritor. Aquí viven aún sus hermanos Jaime, Rita y Hernando. Y en Barranquilla, sus hermanas Margot y Aída.

LA HERMANA AÍDA

   Aída García Márquez, la hermana del escritor que vivió algunos años de su infancia junto a su hermano Gabriel, lo recuerda como un niño despierto para la poesía, la pintura, el teatro, la música, la fotografía y la magia. Conserva un par de dibujos suyos en donde el niño Gabriel pintaba los detalles de las camisas bordadas de sus hermanos. Y un par de tijeras con ojos que dialogan entre sí.

   La hermana Aída confiesa que para su hermano "las estatuas estaban condenadas al olvido y siempre las cagaban los pájaros", "no me lo imagino sino burlándose de la misma muerte. Era anti solemne, supersticioso y conjuraba los miedos con una rosa amarilla".

   "Las cenizas son un puñado de polvo que puede contenerse en la cuenca de las dos manos, ocupan poco espacio, son volátiles, son la concentración del ser en su parte humana, allí está lo más importante, ese todo que en este momento se nos presenta en la vida de Gabriel José García Márquez, nuestro hermano mayor", escribe ella en un texto 'La parábola de la vida', que ha preparado para leerlo en una misa que hará junto a sus hermanos en la iglesia de Manga.

   "Es la parábola de la uva recogida, la vendimia del fruto triturado, exprimido, convertido en vino que embriaga el paladar e invade los sentidos, la cosecha guardada en los graneros y esparcida por todos los lugares por donde llegaron sus libros, los homenajes rendidos a su persona, a su talento, a su obra escrita, hablada, comentada".

   La voz y el tono de Aída se quiebran con el solo recuerdo de su hermano. Su escrito se eleva como una ofrenda: "Hermano, queremos estar contigo en Cartagena de Indias para formar con los hermanos que se fueron y los pocos que quedamos un solo corazón y dormir todos en esta ciudad llena de recuerdos y pasajes, escuchar la hora gris de la tarde, el arrullo de las olas del mar, cuando los alcatraces saltan cerca de las arenas blancas y ver cómo los caracoles metidos entre las piedras, guardan misteriosos el sonido del mar y las noches en el silencio de su oscuridad se tragan el esplendoroso sol de los amaneceres que brilla tras el cerro de la Popa".