Actualizado 31/03/2017 05:37

El chileno Roberto Matta: el último surrealista de la historia

   SANTIAGO DE CHILE, 23 Nov. (Notimérica) -

   "Cuando el hombre quiso imitar la acción de andar, creó la rueda, que no se parece a una pierna. Del mismo modo ha creado, inconscientemente, el surrealismo... Después de todo, el escenario no se parece a la vida que representa más que una rueda a una pierna". De esta manera el famoso escritor francés Guillaume de Apollinaire define el surrealismo, el primero en haber usado este término, en 1917.

   Esta corriente artística ha dado grandes poetas, cineastas, novelistas y, como no, pintores como Roberto Matta, uno de los máximos exponentes del arte surrealista iberoamericano. Este miércoles 23 de noviembre se cumple el 14º aniversario de su muerte.

   Matta nació en Chile el 11 de noviembre de 1911 --cifra recurrente en su obra (11.11.11)--, en el seno de una familia acaudalada y bien situada. Comenzó a destacar por su talento artístico muy joven, desde el colegio. Estudió Arquitectura en la Universidad Católica de Chile y a la vez asistía a cursos en la Escuela de Bellas de Artes. Finalmente se graduó como arquitecto en 1935.

   Los primeros años de su carrera artística los pasó en París, donde conoció a la poetisa chilena Gabriela Mistral, a quien Matta llegó a pedir la mano. Durante está época trabajó en el arquitecto francés Le Corbusier y conoció a artistas europeos, como Salvador Dalí, René Magritte, Pablo Picasso y Marcel Duchamp. Fueron estas amistades las que iniciaron a Matta en el mundo del arte surrealista, un movimiento artístico basado en el automatismo y en mundo onírico.

   En 1938 se trasladó a Estados Unidos, país donde vivió hasta 1948. Coincidiendo con esta mueva aventura, el chileno comenzó a explorar con el óleo, dejando a un lado el dibujo, que había sido su manifestación artística principal. Produjo en esta época una de sus primeras pinturas importantes: 'Invasión nocturna".

   Por causas desconocidas, el autor rompió con el surrealismo en 1947. En las siguientes décadas Matta experimentó con diferentes técnicas, como agregar arcilla a sus obras y la utilización de patrones difusos de luz, lo que le hizo cobrar importancia internacional.

   A lo largo de su carrera recibió importantes reconocimientos como el premio Nacional de Arte en 1990, el premio Príncipe de Asturias en 1992, así como la nacionalidad española, debido a "su aportación a la cultura y el arte iberoamericanos, y como reconocimiento al especial afecto por España que ha demostrado a lo largo de su dilatada carrera".

   Ricardo Matta falleció el 23 de noviembre de 2002 a los 91 años, tras lo que decretaron tres días de luto en Chile por la pérdida de uno de sus artistas más internacionales y el mejor representante iberoamericano de la pintura surrealista, así como el último artista surrealista de la historia.

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