Actualizado 18/03/2015 17:05

Chucho Valdés: "Yo soy hijo del cambio"

JUNTO A CHUCHO VALDES, CONCHA BUIKA
Foto: WARNER MUSIC

MEDELLÍN, 18 Mar. (Colprensa/Notimérica) -  

   Chucho Valdés, el Decano del Jazz Latino, es una de las figuras clave de la escena musical del mundo. Él, con su piano, al frente de su quinteto The Afro Cuban Messengers, se presenta esta noche en Medellín.

   Hijo del célebre pianista cubano Bebo Valdés y de la también pianista y cantante isleña Pilar Rodríguez, Chucho ha hecho música popular antillana, como integrante de importantes orquestas o con sus propios grupos, y ha experimentado con fusiones rítmicas folclóricas y universales con sus bandas.

   En una época dorada del bolero, los años sesenta, hizo parte de la orquesta de su padre, Sabor de Cuba, con la cual acompañó a estrellas como Rolando Laserie, Fernando Álvarez y Pío Leyva. En 1973 fundó Irakere, una de las bandas más importantes de la música cubana de todos los tiempos.

   El virtuosismo musical de este artista ha conseguido que uno de los más reconocidos fabricantes de pianos del mundo, el japonés Sakai, haya decidido sacar la línea de pianos Chucho, especialmente para jazz latino.

   Ganador de ocho premios Grammy, cinco anglos y tres latinos, Chucho Valdés es Embajador de Buena Voluntad de La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO. 'El Colombiano' habló con sobre su pasión, su música.

- Creció en un ambiente familiar muy musical. ¿Sí tenía tiempo de jugar, como casi todos los niños?  

"Como dices, el ambiente musical en casa era general. Mi papá fue pianista de muchas estrellas. A mi casa iban Celia Cruz, los muchachos de la Sonora Matancera... La crema de la música. Me críe escuchando conversaciones de proyectos de discos. A los tres años tocaba de oído en el piano lo que escuchaba en la radio. Ese fue mi punto de partida. Pero sí, jugaba al béisbol con los amigos. Me gustaba jugar de primera base, porque era alto y en ese puesto debe estar el pelotero de mayor estatura. Íbamos al río y pescábamos. También íbamos de caza al bosque. Los sábados estudiaba música y el domingo hacía las tareas del colegio".

- ¿Cuántos años tenía cuando su familia se trasladó de la provincia de Mayabeque a La Habana?

"De Quivicán, mi pueblo, salí a los tres años con la familia para la capital. Era un pueblo de campo. Mi papá era profesor y estaba joven. El traslado fue un cambio para progresar en la música".

- ¿Recuerda algunas palabras de su padre cuando usted iniciaba en la música?

"Mi papá me decía: muchas personas vienen con talento para la música pero si no lo desarrollan, no pasa nada".

- Parece que usted estuviera signado por el cambio. Cambios de lugares, ritmos, géneros musicales, formatos de los grupos...

   "El cambio es el que permite el desarrollo. La humanidad siempre va transformándose para mejorar, con nuevas ideas. Creo que uno debe seguir, porque de lo contrario se va quedando. No critico a los nostálgicos que encuentran una manera de hacer las cosas, les funciona y se quedan con ella, pero yo soy hijo del cambio".

- Con Chucho Valdés & The Afro Cuban Messengers, la banda y los instrumentos cuentan la historia. Cuando tiene vocalistas en la agrupación, ¿no siente que estos se roban protagonismo?  

   "Me gusta la interpretación instrumental. Desde chico, aprendí los clásicos Mozart, Beethoven. Pero con canto, también me gusta. Sabes que toqué con Omara Portuondo, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés... Acompañar es dedicarse a hacerle la vida fácil al solista. Que se sienta cómodo con su papel. Cada solista tiene su propio discurso. Es difícil acompañar a los cantantes".

- Se dice que la música es un lenguaje universal. ¿Siente que le entienden igual en América Latina que en Asia u Oceanía?  

"Sí, se dice que es un lenguaje universal. Pero, en ella, hay fracs que les sirven a todos: hay temas estándares como 'Bésame mucho', que sirve en China, Australia, Brasil. Los aceptan y están pegados. Fui por primera vez, hace pocos meses, a Nueva Zelanda. La gente tenía discos de Irakere. Cantaban 'Bacalao con pan'. Para que sepas hasta dónde llega la música".

- Háblenos de esa bella responsabilidad de ser Embajador de Buena Voluntad de la FAO  

"Siempre es grato poder ayudar a personas que habitan en lugares pobres y carecen de alimentación. Doy conciertos para recaudar fondos para esta causa. El último fue a favor de Haití, donde un huracán dejó grandes daños y pobreza. Estoy radicado en Málaga, España, fui declarado Hijo Predilecto. Y me nombraron Embajador de una institución que asiste a enfermos de cáncer. También doy conciertos para conseguir fondos para esta entidad".

EL ARTISTA Y EL CONCIERTO

Chucho Valdés tiene seis hijos, todos músicos: Chuchito, Emilio, Yousi, Leyanis, Yesie y Julián, de ocho años. Su esposa, Lorena, es percusionista argentina. Chucho ha grabado 88 discos y ha colaborado en más de 50. Algunos de sus álbumes son Lucumí (1986), Solo piano (1991), Pianissimo (1997), Babalú Ayé (1999), Boleros inigualables (2000) y Border free (2013).

   The Afro Cuban Messengers está integrado por Chucho Valdés, en el piano; Gastón Joya, en el bajo; Rodney Barreto, en la batería; Dreiser Durruthy Bombalé, en tambores batás y voz, y Yaroldy Abreu Robles, en la percusión.